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Hoje acordei e encontrei na rua frutos da vida,
Penduradas numa mente distante, doces vivencias,
Sim alguém falava comigo com mente sofrida,
Como eu, como tu, todos temos diferencias.

Simplesmente é complicado simplificar o fácil,
Essa é a minha dor, era a sua dor, é a dor do mundo
Não é fácil entender Deus no sentimento profundo,
Quer que amamos a família sendo comunidade volátil.

Aí a mente divaga, fumega e se acomoda na facilidade,
Facilidade, que na real não é fácil e complica o nosso dia,
Enfim que adianta dizer a alguém que por ele se morria,
Se tendo ele sede, lha saciar se torna grande dificuldade!

Então eu penso que porquê prometer se não quero fazer,
Porquê não fazer, se ajudar me daria tanto orgulho e prazer,
Serão acomodação a algo que não sabemos explicar ou dizer,
Será o corpo que segura e rompe com a mente para te ver morrer!

Autor: António Benigno
Código de Autor: 201608051243.08.01
Nataly Donado Aug 12
Guardé tu silencio como palabras,
pintando en escenas imaginarias
momentos, abrazos
que no llegaron.

Entonces el silencio se convirtió en ruido,
en baile,
en música,
en melodía.

Ayer las melodías
que sonaban en mi cabeza
callaron.

Mirar el final de frente
no es ver un telón cerrándose…
No es bajar la mirada ante lo inevitable,
es sostenerla
mientras la luz se apaga,
mientras la oscuridad,
con su largo vestido,
entra en la estancia
y lo envuelve todo.

Es el final
de este cuadro que pinté
de ilusiones,
de esperanzas,
de memorias.

No hay salida,
ni escenarios posibles,
no hay mañana.

Solo está el hoy,
con total despojo de colores,
y una sombra
que baila entre los pinceles.

Extendí mi mano
mientras las sombras bailaban en el recinto,
pero no encontré tu mano;
ni siquiera mi mente creativa
pudo crearla esta vez.
No había nadie,
solo las sombras
y yo.

Es el final de mis poemas a ti,
a mi yo contigo.

Es el final de una obra
en la que no hay actores,
solo yo,
como espectadora.

No hay trama,
ni vivencias,
ni libretos,
ni escritos,
ni guiones,
ni palabras.

No hay nada,
solo el fin
y yo.
Anoche fue una noche mala para mí.
No había lágrimas,
no había ruido,
solo ese silencio
que ya no tiene melodía.

Así nació Fin de la obra.

— The End —