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Hay dos clases de poetas modernos: aquellos, sutiles y profundos, que adivinan la esencia de las cosas y escriben: "Lucero, luzcero, luz Eros, la garganta de la luz pare colores cóleros", etcétera,y aquellos que se tropiezan con una piedra y dicen "pinche piedra". Los primeros son los más afortunados. Siempre encuentran un crítico inteligente que escribe un tratado "Sobre las relaciones ocultas entre el objeto y la palabra y las posibilidades existenciales de la metáfora no formulada". -De ellos es el Olimpo que en estos días se llama simplemente el Club de la Fama.
Vengo de tu jardín de altos aromas,
con esta flor que embriaga como un vino.
Quizás por eso fue que en el camino
me siguió una bandada de palomas.
Y ahora, en mi huerto, en esta entristecida
paz del que nada odia y nada ama,
me tropiezan los pies con una rama
seca y rota, lo mismo que mi vida.
Y, como quien regresa del olvido
y se hermana al dolor de otra derrota,
pongo la flor sobre la rama rota
para hacerle creer que ha florecido.
Apoyas la mano
en un árbol. Las hormigas
tropiezan con ella y se detienen,
dan la vuelta, vacilan.
Es dulce tu mano. La corteza
del abedul también es dulce: dulcísima.
Una agridulce plata otoñal sube
desde su raíz honda hacia ti misma.
Mojada por la luz sucia y filtrada,
peinada fríamente por la brisa,
te estás quedando así: cada momento
más sola, más pura, más concisa.
Noscodeqteo Oct 2024
Que brillo tan suave el que tus filamentos sueltan.
cuando bailan, se deslizan y se tropiezan.
al son de mis dedos acariciando tu frente indefensa,
un beso y calma.
Que serena pero a la vez llena calma.
Contemplo el momento sin saber que el siguiente vendría,
Algún día.
Como esta noche, solo por el recuerdo de esa alegría.
Santiago Apr 16
He caminado (quien sabe cuanto)
coleccionando la piel muerta
que caía de un reloj
ubicado en la esquina llena de moho de mi cuarto.

No tengo historias para contar,
no sentí nada real,
no fui nada real.

Mi vida se encuentra en los pasillos
de un edificio vacío
donde merodean todas mis mascotas
esperando que les dé de comer,
las que siguen con vida, al menos.

Construí un mundo nuevo
hecho del humo del fuego.
En él pasan todo tipo de eventos
que justifican todo tipo de violencia,
que trato con olanzapina e idealización suicida.

Los minutos, por su parte, tropiezan
de un escalón a otro
hasta el fondo.

— The End —