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temoch Nov 2011
Tenia mis dudas,
no lo puedo negar.
Pero el sol aun brilla,
Mi corazon no te ha dejado de amar.
Pense que te alejabas,
Que a mi lado no querias estar,
Pero me equivocaba,
El amor que sientes,
     te ha hecho retornar.

Seria mentira decir que te olvide,
Seria falso profesar la muerte de este amor;
Porque la verdad es que te pensé,
Y que en mis sueños aun te amé.
Respiré de tus memorias,
Vivi de tu sonrisa,
Y cada momento que pasaba
Aunque no estabas aqui,
Me traias alegria.

Pero no todo se ha perdido,
Al fin has regresado.
Mi amor, espero que te quedes,
Quisiera de nuevo despertar a tu lado.

Soy un hombre sencillo,
Sin brillantes que ofrecer.
Mi corazon entero te entrego
Quisiera que este amor pueda florecer.
Te ofresco mi vida y mi alma.
Te ofresco mi cuerpo y todo mi ser.
Porque este amor que por ti siento
Jamas lo sentire otra vez.
I know it's in spanish, but I'd still like some critiques so I can improve my writing. thanks
Hay, madre, un sitio en el mundo, que se llama París. Un sitio
muy grande y lejano y otra vez grande.
Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no porque empieza a nevar,
sino para que empiece a nevar.
La mujer de mi padre está enamorada de mí, viniendo y
avanzando de espaldas a mi nacimiento y de pecho a mi muerte. Que soy
dos veces suyo: por el adiós y por el regreso. La cierro, al
retornar. Por eso me dieran tánto sus ojos, justa de mí,
in fraganti de mí, aconteciéndose por obras terminadas,
por pactos consumados.
Mi madre está confesa de mí, nombrada de mí.
¿Cómo no da otro tanto a mis otros hermanos? A
Víctor, por ejemplo, el mayor, que es tan viejo ya, que las
gentes dicen: ¡Parece hermano menor de su madre! ¡Fuere
porque yo he viajado mucho! ¡Fuere porque yo he vivido más!
Mi madre acuerda carta de principio colorante a mis relatos de regreso.
Ante mi vida de regreso, recordando que viajé durante dos
corazones por su vientre, se ruboriza y se queda mortalmente
lívida, cuando digo, en el tratado del alma: Aquella noche fui
dichoso. Pero, más se pone triste; más se pusiera triste.
-Hijo, ¡cómo estás viejo!
Y desfila por el color amarillo a llorar, porque me halla envejecido,
en la hoja de espada, en la desembocadura de mi rostro. Llora de
mí, se entristece de mí. ¿Qué falta
hará mi mocedad, si siempre seré su hijo? ¿Por
qué las madres se duelen de hallar envejecidos a sus hijos, si
jamás la edad de ellos alcanzará a la de ellas? ¿Y
por qué, si los hijos, cuanto más se acaban, más
se aproximan a los padres? ¡Mi madre llora porque estoy viejo de
mi tiempo y porque nunca llegaré a envejecer del suyo!
Mi adiós partió de un punto de su ser, más externo
que el punto de su ser al que retorno. Soy, a causa del excesivo plazo
de mi vuelta, más el hombre ante mi madre que el hijo ante mi
madre. Allí reside el candor que hoy nos alumbra con tres
llamas. Le digo entonces hasta que me callo:
-Hay, madre, en el mundo un sitio que se llama París. Un sitio
muy grande y muy lejano y otra vez grande.
La mujer de mi padre, al oírme, almuerza y sus ojos mortales
descienden suavemente por mis brazos.
Me vi parada, sem conseguir andar
Encalhada em um momento do tempo em que não conseguia, mesmo que tentasse, prosseguir ou retornar.
Parei.
Não por escolha, não por desejo
Eu precisei parar
Aquele momento em que voce está meio perdido,
Meio lá meio cá
E praticamente pela primeira vez sem interferencia, voce pode observar sua vida como um todo
O que foi aquilo?
O que e por que havia feito?
Quem eram aqueles?
Por que não estão aqui?
O que será daqui para frente?
Continuaremos juntos?
Perderemos tudo?
E nessa chatice de pensamentos percebemos que talvez nem tudo seja discutível
Mas tudo podendo, com a possibilidade de ser vivido
Se tornar inesquecível
idk
Oh novia imposible,
tan casta y hermosa, tan pura y tan buena,
        que tarde por tarde
en la muda ventana me esperas
y envejeces ansiando que pronto
        termine mi ausencia,
me verás cuando pasen los años,
retornar por la mustia vereda
        y con inquietudes
        llamar a tu puerta;
que en la austera quietud de tu alcoba
donde todas las cosas conversan
        de escenas pasadas,
        de dichas pretéritas,
hallarán sempiterno reposo
        mis fúnebres penas;
y tus manos surcadas de arrugas
me darán las caricias postreras,
        caricias que saben
        a miel de tristeza,
        caricias que saben
        a miel de colmenas,
pero no de colmenas sabrosas
que gusta la vida cuando es primavera
sino miel en que endulzan sus males
        las almas enfermas
cuando ya la existencia tramonta
        y la noche eterna
        de las decepciones
su abanico de sombras despliega,
y el amor es tan sólo un ocaso
de santas memorias, de ilusiones muertas.
        Oh novia imposible,
        tan pura y tan buena,
        en estos renglones
hallarás mi sagrada promesa
        de ir a tus brazos
        que amantes me esperan.
        Llegado a tus lares,
al volver a la casa risueña
        en que envejeciendo
        meditas mi ausencia,
ungirán las heridas de tu alma
        mis frases ingenuas
        mis versos antiguos,
al hablarte en la alcoba discreta
que el dolor peculiar de otros días
en su ambiente amoroso conserva.
Volveré... mas hoy no, que es preciso
dar también al cariño una tregua,
y por eso de todos mis lutos
        la cruz llevo a cuestas
sin que alumbre la luz de tus ojos
        mi árida senda.
        La sola ventura
que en la vía penosa me resta
es creer que al llamar a tu casa
mi mano de viejo que débil golpea,
no hallará a mi piadoso reclamo
        cerradas las puertas.
No desmayes: espera y confía:
que buscando la dicha perpetua
de hospedar mi ternura en tu casa
me verás, apoyado en la reja,
una tarde sombría de invierno
retornar por la mustia vereda
        para que se cumpla
        la antigua promesa,
        y llena de canas
        la triste cabeza,
        llamar a tu alma,
        tocar a tu puerta.
Me soñaba una ninfa entre las ondas
Verdosas, bajo el tul de la arboleda,
Que se extendía, en un dosel de seda,
Sobre las aguas mágicas y hondas.

  Tu impaciencia alejábate a las frondas
Umbrosas, para luego en una queda
Ansiedad, retornar entre la leda
Sombra de las aucáridas redondas.

  -¡Sal del baño!-imploraste. Y ya en la arena
Me quitaste la capa y fué serena
La visión de mi cuerpo rosa-té.

  Sentí frío, de nuevo me cubriste,
Pero quedó en la sombra de amatiste
Como un sensual olor de Salomé.
Mistico Mar 4
Preciso de um refúgio, um santuário etéreo,
um espaço onde o vazio se estenda sem limites,
onde minhas mágoas se afoguem, dissolvendo-se no tempo,
e, ao emergir, fiquem à deriva, sem âncora para retornar.

Não apenas as tristezas desejo abandonar,
mas também os pesares que ecoam na mente,
os tormentos insondáveis, os pensamentos errantes,
toda sombra que, impiedosa, se aninha em meu ser.

Almejo um refúgio, um bálsamo sem toque,
onde minha própria consciência me embale,
pois já não espero gestos nem promessas,
talvez nem mesmo de mim próprio.

Um refúgio onde, após a água fria em dias abrasadores,
eu possa fechar os olhos sem temor,
e, na vastidão do pensamento, encontrar descanso,
certo de que, ao despertar, serei renovado.

Preciso de um mergulho profundo,
tão intenso que, ao emergir,
seja eu outro, despido do peso do passado,
meus fardos escoando pelo ralo do esquecimento.

Que até minha essência resplandeça,
e a escuridão oculta, há tanto arraigada,
seja iluminada por quem deseje permanecer,
pois tal redenção não se dá por acaso,
mas pelo encontro de almas que veem além.

Tão restaurador será esse refúgio,
que nele reencontrarei o que há muito se perdeu:
a centelha que, adormecida,
aguarda apenas um sopro para arder outra vez.

— The End —