Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
El césped. Desde la tribuna es un tapete verde. Liso, regular,
aterciopelado, estimulante. Desde la tribuna quizá crean que,
con semejante alfombra, es imposible errar un gol y mucho menos errar
un pase. Los jugadores corren como sobre patines o como figuras de
ballet. Quien es derrumbado cae seguramente sobre un colchón de
plumas, y si se toma, doliéndose, un tobillo, es porque el gesto
forma parte de una pantomima mayor. Además, cobran mucho dinero
simplemente por divertirse, por abrazarse y treparse unos sobre otros
cuando el que queda bajo ese sudoroso conglomerado hizo el gol
decisivo. O no decisivo, es lo mismo. Lo bueno es treparse unos sobre
otros mientras los rivales regresan a sus puestos, taciturnos, amargos,
cabizbajos, cada uno con su barata soledad a cuestas. Desde la tribuna
es tan disfrutable el racimo humano de los vencedores como el drama
particular de cada vencido. Por supuesto, ciertos avispados
espectadores siempre saben cómo hacer la jugada maestra y no
acaban de explicarse, y sobre todo de explicarlo a sus vecinos, por
qué este o aquel jugador no logra hacerla. Y cuando el
árbitro sanciona el penal, el espectador avispado también
intuye hacia qué lado irá el tiro, y un segundo
después, cuando el balón brinca ya en las redes, no
alcanza a comprender cómo el golero no lo supo. O acaso
sí lo supo y con toda deliberación se arrojó al
otro palo, en un alarde de masoquismo o venalidad o estupidez
congénita. Desde la tribuna es tan fácil. Se conoce la
historia y la prehistoria. O sea que se poseen elementos suficientes
como para comparar la inexpugnable eficacia de aquel zaguero
olímpico con la torpeza del patadura actual, que no acierta
nunca y es esquivado una y mil veces. Recuerdo borroso de una
época en que había un centre-half y un centre-forward,
cada uno bien plantado en su comarca propia y capaz de distribuir el
juego en serio y no jugando a jugar, como ahora, ¿no? El
espectador veterano sabe que cuando el fútbol se
convirtió en balompié y la ball en pelota y el dribbling
en finta y el centre-half en volante y el centre-forward en alma en
pena, todo se vino abajo y ésa es la explicación de que
muchos lleven al estadio sus radios a transistores, ya que al menos
quienes relatan el partido ponen un poco de emoción en las
estupendas jugadas que imaginan. Bueno, para eso les pagan,
¿verdad? Para imaginar estupendas jugadas y está bien.
Por eso, cuando alguien ha hecho un gol y después de los abrazos
y pirámides humanas el juego se reanuda, el locutor
idóneo sigue colgado de la "o" de su gooooooool, que en realidad
es una jugada suya, subjetiva, personal, y no exactamente del delantero
que se limitó a empujar con la frente un centro que, entre todas
las otras, eligió su cabeza. Y cuando el locutor idóneo
llega por fin al desenlace de la "ele" final de su gooooooool privado,
ya el árbitro ha señalado un orsai que favorece,
¿por qué no?, al locatario.

Es bueno contemplar alguna vez la cancha desde aquí, desde lo
alto. Así al menos piensa Benjamín Ferrés,
veintitrés años, digamos delantero de un Club Chico,
alguien últimamente en alza según los cronistas
deportivos más estrictos, y que hoy, después de empatarle
al Club Grande y ducharse y cambiarse, no se fue del estadio con el
resto del equipo y prefirió quedarse a mirar, desde la tribuna
ya vacía (sólo quedan los cafeteros y heladeros y
vendedores de banderitas, que recogen sus bártulos o tal vez
hacen cuentas) aquel campo en el que estuvo corriendo durante noventa
minutos e incluso convirtió uno, el segundo, de los dos goles
que le otorgan al Club Chico eso que suele llamarse un punto de oro.
Sí, desde aquí arriba el césped es una alfombra,
casi un paño verde como el del casino, con la importante
diferencia de que allá los números son fijos,
permanentes, y aquí (él, por ejemplo, es el ocho) cambian
constantemente de lugar y además se repiten. A lo mejor con el
flaco Suárez (que lleva el once prendido en la espalda)
podrían ser una de las parejas negras. O no. Porque de ambos,
sólo el Flaco es oscurito.

Ahora se levanta un viento arisco y las gradas de cemento son
recorridas por vasos de plástico, hojas de diario, talones de
entradas, almohadillas, pelotas de papel. Remolinos casi fantasmales
dan la falsa impresión de que las gradas se mueven, giran,
bailotean, se sacuden por fin el sol de la tarde. Hay papeles que suben
las escaleras y otros que se precipitan al vacío. A
Benjamín (Benja, para la hinchada) le sube una bocanada de
desconsuelo, de extraña ansiedad al enfrentarse, ¿por
primera vez?, con la quimera de cemento en estado de pureza (o de
basura, que es casi lo mismo) y se le ocurre que el estadio
vacío, desolado, es como un esqueleto de multitud, un eco
fantasmal de esa misma muchedumbre cuando ruge o aplaude o insulta o
agita banderas. Se pregunta cómo se habrá visto su gol
desde aquí, desde esta tribuna generalmente ocupada por las
huestes del adversario. Para los de abajo en la tabla, el estadio
siempre es enemigo: miles y miles de voces que los acosan, los
persiguen, los hunden, porque generalmente el que juega aquí, el
permanente locatario, es uno de los Grandes, y los de abajo sólo
van al estadio cuando les toca enfrentarlos, y en esas ocasiones apenas
si acarrean, en el mejor de los casos, algunos cientos de
fanáticos del barrio, que, aunque se desgañitan y agitan
como locos su única y gastada bandera, en realidad no cuentan,
es imposible que tapen, desde su islote de alaridos, el gran rugido de
la hinchada mayor. Desde abajo se sabe que existen, claro, y eso es
bueno, y de vez en cuando, cuando se suspende el juego por
lesión o por cambio de jugadores, los del Club Chico van con la
mirada al encuentro de aquel rinconcito de tribuna donde su bandera
hace guiños en clave, señales secretas como las del
truco. Y ésta es la mejor anfetamina, porque los llena de
saludable euforia y además no aparece en los controles
antidopping.

Hoy empataron, no está mal, se dice Benja, el número
ocho. Y está mejor porque todos sus huesos están enteros,
a pesar de la alevosa zancadilla (esquivada sólo por
intuición) que le dedicaran en el toletole previo al primer gol,
dos segundos antes de que el Colorado empujara nuevamente la globa con
el empeine y la colocara, inalcanzable, junto al poste izquierdo.
Después de todo, la playa es mía. Desde hace quince
años la vengo adquiriendo en pequeñas cuotas. Cuotas de
sol y dunas. Todos esos prójimos, prójimas y projimitos
que se ven tendidos sobre las rocas o bajo las sombrillas o corriendo
tras una pelota de engañapichanga o jugando a la paleta en una
cancha marcada en la arena con líneas que al rato se borran,
todos esos otros, están en la playa gracias a que yo les permito
estar. Porque la playa es mía. Mío el horizonte con
toninas remotas y tres barquitos a vela. Míos los peces que
extraen mis pescadores con mis redes antiguas, remendadas. El aire
salitroso y los castillos de arena y las aguas vivas y las algas que ha
traído la penúltima ola. Todo es mío.
¿Qué sería de mí, el número ocho,
sin estas mañanas en que la playa me convence de que soy libre,
de que puedo abrazar esta roca, que es mi roca mujer o tal vez mi roca
madre, y estirarme sin otros límites que mi propio límite
o hasta que siento las tenazas del cangrejo barcino sobre mi dedo
gordo? Aquí soy número ocho sin llevarlo en la espalda.
Soy número ocho sencillamente porque es mi identidad. Un cura o
un teniente o un payaso no necesitan vestir sotana o uniforme o traje
de colores para ser cura o teniente o payaso. Soy número ocho
aunque no lo lleve dibujado en el lomo y aunque ningún botija se
arrime a pedirme autógrafos, porque sólo se piden
autógrafos a los de los Clubes Grandes. Y creo que siempre
seré de Club Chico, porque me gusta amargarles la fiesta, no a
los jugadores que después de todo son como nosotros, sólo
que con más suerte y más guita, ni siquiera a la hinchada
grande por más que nos insulte cuando hacemos un fau y festeje
ruidosamente cuando el otro nos propina un hachazo en la canilla. Me
gusta arruinarles la fiesta, sobre todo a los dirigentes, esos
industriales bien instalados en su cochazo, en su piso de la Rambla y
en su mondongo, señores cuya gimnasia sabatina o dominical
consiste en sentarse muy orondos, arriba en el palco oficial, y desde
ahí ver cómo allá abajo nos reventamos, nos
odiamos, nos derretimos en sudores, y cuando sus jugadores ganan,
condescienden a llegar al vestuario y a darles una palmadita en el
hombro, disimulando apenas el asco que les provoca aquella piel
todavía sudada, y en cambio, cuando sus jugadores pierden, se
van entonces directamente a su casa, esta vez por supuesto sin ocultar
el asco. En verdad, en verdad os digo que yo ignoro si hacen eso, pero
me lo imagino. Es decir, tengo que imaginarlo así, porque una
cosa son las instrucciones del entrenador, que por supuesto trato de
cumplir si no son demasiado absurdas, y otra cosa son las instrucciones
que yo me doy, verbigracia vamo vamo número ocho hay que aguarle
la fiesta a ese presidente cogotudo, jactancioso y mezquino, que viene
al estadio con sus tres o cuatro nenes que desde ya tienen caritas de
futuros presidentes cogotudos. Bueno, no sé ni siquiera si tiene
hijos, pero tengo que imaginarlo así porque soy el número
ocho, insustituible titular de un Club Chico y, ya que cobro poco,
tengo que inventarme recompensas compensatorias y de esas recompensas
inventadas la mejor es la posibilidad de aguarle la fiesta al cogotudo
presidente del Grande, a fin de que el lunes, cuando concurra a su
Banco o a su banca, pase también su vergüenza rica, su
vergüenza suntuosa, así como nosotros, los que andamos en
la segunda mitad de la tabla, sufrimos, cuando perdemos, nuestra
vergüenza pobre. Pero, claro, no es lo mismo, porque los Grandes
siempre tienen la obligación de ganar, y los Chicos, en cambio,
sólo tenemos la obligación de perder lo menos posible. Y
cuando no ganamos y volvemos al barrio, la gente no nos mira con
menosprecio sino con tristeza solidaria, en tanto que al presidente
cogotudo, cuando vuelve el lunes a su Banco o a su banca, la gente, si
bien a veces se atreve a decirle qué barbaridad doctor porque
ustedes merecieron ganar y además por varios goles, en realidad
está pensando te jodieron doctor qué salsa les dieron
esos petizos. Por eso a mí no me importa ser número ocho
titular y que no me pidan autógrafos aquí en la playa ni
en el cine ni en Dieciocho. Los partidos no se ganan con
autógrafos. Se ganan con goles y ésos los sé
hacer. Por ahora al menos. También es un consuelo que la playa
sea mía, y como mía pueda recorrerla descalzo, casi
desnudo, sintiendo el sol en la espalda y la brisa en los ojos, o
tendiéndome en las rocas pero de cara al mar, consciente de que
atrás dejo la ciudad que me espía o me protege,
según las horas y según mi ánimo, y adelante
está esa llanura líquida, infinita, que me lame, me
salpica, a veces me da vértigo y otras veces me brinda una
insólita paz, un extraño sosiego, tan extraño que
a veces me hace olvidar que soy número ocho.
Alejandra. Lo extraño había sido que Benja conociera sus
manos antes que su rostro, o mejor aún, que se enamorara de sus
manos antes que de su rostro. Él regresaba de San Pablo en un
vuelo de Pluna. El equipo se había trasladado para jugar dos
amistosos fuera de temporada, pero Benja sólo había
participado en el primero porque en una jugada tonta había
caído mal y el desgarramiento iba a necesitar por lo menos cinco
días de cuidado, así que el preparador físico
decidió mandarlo a Montevideo para que allí lo atendieran
mejor. De modo que volvía solo. A la media hora de vuelo se
levantó para ir al baño y cuando regresaba a su sitio
tuvo la impresión de ser mirado pero él no miró.
Simplemente se sentó y reinició la lectura de Agatha
Christie, que le proponía un enigma afilado, bienhumorado y
sutil como todos los suyos.

De pronto percibió que algo singular estaba ocurriendo. En el
respaldo que estaba frente a él apareció una mano de
mujer. Era una mano delgada, de dedos largos y finos, con uñas
cuidadas pero sin color. Una mano expresiva, o quizá que
expresaba algo, pero qué. A los dos o tres minutos hizo
irrupción la otra mano, que era complementaria pero no igual.
Cada mano tenía su carácter, aunque sin duda
compartían una inquietante identidad. Benja no pudo continuar su
lectura. Adiós enigma y adiós Agatha. Las manos se
movían con sobriedad, se rozaban a veces. Él
imaginó que lo llamaban sin llamarlo, que le contaban una
historia, que le ofrecían respuestas a interrogantes que
aún no había formulado; en fin, que querían ser
asidas. Y lo más preocupante era que él también
quería asirlas, con todos los riesgos que un acto así
podía implicar, verbigracia que la dueña de aquellas
manos llamara inmediatamente a la azafata, o se levantara, enfrentada a
su descaro, y le propinara una espléndida bofetada, con toda la
vergüenza, adicional y pública, que semejante castigo
podía provocar. Hasta llegó a concebir, como un destello,
un título, a sólo dos columnas (porque era número
ocho, pero sólo de un Club Chico): conocido futbolista uruguayo
abofeteado en pleno vuelo por dama que se defiende de agresión
******.

Y sin embargo las manos hablaban. Sutiles, seductoras,
finísimas, dialogaban uña a uña, yema a yema, como
creando una espera, construyendo una expectativa. Y cuando fue ordenado
el ajuste de los cinturones de seguridad, desaparecieron para cumplir
la orden, pero de inmediato volvieron a poblar el respaldo y con ello a
convocar la ansiedad del número ocho, que por fin decidió
jugarse el todo por el todo y asumir el riesgo del ridículo, el
escándalo y el titular a dos columnas que acabaran con su
carrera deportiva. De modo que, tomada la difícil
decisión y tras ajustarse también él el
cinturón, avanzó su propia mano hacia los dedos
cautivantes, que en aquel preciso momento estaban juntos. Notó
un leve temblor, pero las manos no se replegaron. La suya
prolongó aquel extraño contacto por unos segundos, luego
se retiró. Sólo entonces las otras manos desaparecieron,
pero no pasó nada. No hubo llamada a la azafata ni bofetada.
Él respiró y quedó a la espera. Cuando el
avión comenzaba el descenso, una de las manos apareció de
nuevo y traía un papel, más bien un papelito, doblado en
dos. Benja lo recogió y lo abrió lentamente. Conteniendo
la respiración, leyó: 912437.

Se sintió eufórico, casi como cuando hacía un gol
sobre la hora y la hinchada del barrio vitoreaba su nombre y él
alzaba discretamente un brazo, nada más que para comunicar que
recibía y apreciaba aquel apoyo colectivo, aquel afecto, pero
los compañeros sabían que a él no le gustaba toda
esa parafernalia de abrazos, besos y palmaditas en el trasero, algo que
se había vuelto habitual en todas las canchas del mundo.
Así que cuando metía un gol sólo le tocaban un
brazo o le hacían desde lejos un gesto solidario. Pero ahora,
con aquel prometedor 912437 en el bolsillo, descendió del
avión como de un podio olímpico y diez minutos
después pudo mirar discretamente hacia la dueña de las
manos, que en ese instante abría su valija frente al funcionario
aduanero, y Benja comprobó que el rostro no desmerecía la
belleza y la seducción de las manos que lo habían enamorado.
Benja y Martín se encontraron como siempre en la pizzería
del sordo Bellini. Desde que ambos integraran el cuadrito juvenil de La
Estrella habían cultivado una amistad a prueba de balas y
también de codazos y zancadillas. Benja jugaba entonces de
zaguero y sin embargo había terminado en número ocho.
Martín, que en la adolescencia fuera puntero derecho, más
tarde (a raíz de una sustitución de emergencia, tras
lesiones sucesivas y en el mismo partido del golero titular y del
suplente) se había afincado y afirmado en el arco y hoy era uno
de los guardametas más cotizados y confiables de Primera A.

El sordo Bellini disfrutaba plenamente con la presencia de los dos
futbolistas. Él, que normalmente no atendía las mesas
sino que se instalaba en la caja con su gorra de capitán de
barco, cuando Martín y Benja aparecían, solos o
acompañados, de inmediato se arrimaba solícito a dejarles
el menú, a recoger los pedidos, a recomendarles tal o cual plato
y sobre todo a comentar las jugadas más notables o más
polémicas del último domingo.

Era algo así como el fan particular de Benja y Martín y
su caballito de batalla era hacerles bromas c
Wörziech May 2013
Amigos queridos,
sem faces e sem nomes.

Retiradas foram suas vísceras,
logo antes de seus corpos imergirem
em um exacerbadamente denso volume de sangue
grotesca e plenamente apreciado
pelos algozes responsáveis,
certos irreconhecíveis demônios.

Vieram dos céus os tais tiranos,
visíveis, mas imateriais,
enquanto esperávamos
inconscientes e inevitavelmente despreparados
para uma luta justa.

Sobre os indiferentes, distantes,
mas ainda amigáveis e queridos companheiros,
ainda recordo de alguma ordem:

O primeiro não sentiu dor alguma,
bem como nada viu ou percebeu; fora partido ao meio.
O segundo, já desesperado e afogando-se em lagrimas,
tornou-se borrão de um vermelho pesado, grosso e brutal;

Dos outros, três ou quatro,
somente tenho em mente os gemidos inexprimíveis;
uma junção entre suspiros e soluços
de uma morte nada convidativa e próxima.

Foram todos rostos sem faces perdidos
na espera do desconhecido fatalmente promulgado
pelas minhas ânsias.

O ultimo vivo me induziu à única ação possível:
pude cair meus quinhentos intermináveis metros;
deslizando, enquanto tentava me segurar,
por um material recoberto de farpas
que transpassavam minhas mãos,
as quais sangravam em direção a um mar, sombrio e obscuro;
me afundei irremediavelmente em minhas próprias aflições.
Imagino um caminho fechado, ***** e sujo,
Dentro do escuro, saem sombras despidas,
Suas almas são vertidas, na solidão e eu fujo,
Deixo para trás cores pretas, ficam perdidas!

Apela-me ao coração, tantas vezes, a voz perfeita,
Diz-me segredos da cor magnifica, a cor do arco iris,
E agora que ficaria eu fazendo, fugindo da tal ceita,
Que entrou na minha vida e saiu, como liquido que fiz!

Transformou-se toda a minha vida, e a sujidade saiu,
Como do túnel que antes descrevi e de lá almas libertei,
Alegra-me plenamente o valor que meu coração adquiriu,
Se entregou a ti alma gémea que amo e sinto, eu encontrei!

De que serviu todo o antibiótico que tomei, senão para cura,
Foi remédios de sentimentos sombrios, me transformaram,
Meu ser é hoje de um homem, completamente de alma pura,
Necessito apenas de oportunidade segura, que me partilharam!

A tua entrega neste momento difícil, merece um festejo celestial,
Não terá de ser festejado amanha, porque é hoje a tal festa *******!
Meu coração encheu-se de sonhos, minhas armas carregaram igual,
Completamente firme, penetro no mundo que deste, é o divinal!

Autor: António Benigno
Código de autor: 2013.07.31.02.12
Señor, yo no soy digna siquiera de rogarte:
mi corazón ignora la palabra del arte.
Sólo vengo a decirte que no me han comprendido,
porque los hombres hablan con el orgullo herido.

Cubren con bellas frases su más ****** deseo,
que a veces me turbaron, pero que ya no creo.
Sin embargo, a los dos me di con alegría.
Lo comprendo, Señor: ¡toda la culpa es mía!

En los brazos de uno me entregué plenamente,
y en los del otro... ¿Sabes lo que una mujer siente?
Pregúntale a la Virgen, cuando ella era mujer,
todo lo que nosotras llegamos a querer.

Perdóname la audacia, pero aquella María,
no supo del abrazo viril que me rendía.
No miró aquellos ojos fijos en mi hermosura,
como dedos ardientes sobre mi carne impura.

Y no tembló aquel canto de amor en sus oídos
que pudo abrir en músicas la flor de mis sentidos.
Tú también sabes que el hombre se acerca a la mujer,
ebrio por la promesa de su propio placer.

Pero la mujer llora, se resiste, Señor,
y cuando al fin se ofrece, sueña con el amor.
Pues, mientras en el hombre la vida se hace fuerte,
la mujer se desmaya con un poco de muerte.

Quizás tuve un amante que me sedujo un día,
¡tan malo que, por eso, me gusta todavía!
Jesus Sep 11
Más allá del yo
de la vida,
y de la propia muerte,
en todas las dimensiones:

física, mental, espiritual y emocional,
y plenamente consciente.

Soy habitante agradecido
y afortunado
de la vida y el universo.

Este inmenso firmamento,
que en su esencia cambiante,
se conecta directamente
al todo...

La interacción universal,
se ignore esto o no,
es inevitable.

Sabiendo todo lo anterior,
también comprendo,
que soy parte activa
de ese infinito.
Así lo siento.

El alma,
una conexión siempre
mejorable,
entre el cerebro,
el interior
y el vasto infinito...

Para mí, es parte
inseparable de ese todo.

Otro organismo vivo,
que nada tiene que ver
con la vida
tal y como la conocemos,
sea este consciente
de sí mismo o no,
o así es como lo siento.

En su propio proceso
de transformación y
evolución constante.

Donde toda vida y
existencia
es parte presente y activa,
de algo tan asombroso,
auténtico, evidente
y universal,
sea esto ignorado o no:

¡La expansión del todo!

Por ello,
más allá de mí mismo,
de mi vida
y de la propia muerte,
soy un habitante
activo,
despierto y conectado
a la vida y el Universo.

Y cada día vivo agradecido,
plenamente consciente de ello.

"Todo es lo que es,
cuando no se es
capaz de ver más allá.
Pero nada es lo mismo,
cuando se alcanza una
conciencia plena de ello."
En esta siesta de otoño,
bajo este olmo colosal,
que ya sus redondas hojas
al viento comienzo a echar,
te me das, tú, plenamente,
dulce y sola Soledad.
Solamente un solo pájaro,
el mismo de todas las
siestas, teclea en el olmo,
su trinado musical,
veloz, como si tuviera
mucha prisa en acabar.

¡Cuál te amo! ¡Cuál te agradezco
este venírteme a dar
en esta siesta de otoño,
bajo este olmo colosal,
tan dulce, tan plenamente
y tan sola Soledad!
Y sacaréme la niebla
el turbio zumo oscuro del traspienso
la pulpa
la soborra de mente
toda su gris resaca me sacaré hasta el meollo
antes de que se asiente
la áspera espera arena que taté teté yo y lamí
y tragué yo en la sed
a trago tardo largo
lo hueco
lo plenamente hueco y que no es más que hueco
pero crece
sin fin ni sino o causa o pauta o pausa me sacaré yo el lastre que no lastra
por no saber a piedra
por no saber saber
ni saber no saber
los decesos del seso y sus desechos me sacaré yo de pie
junto con tanta sombra sórdida que sobra de cuanto fue y no fue
o fue fue
y no se fue
aunque retorne al árbol del primo primo simio me sacaré yo sin tino la maraña
demasiadísimo humana
y mil y miles vueltas y revueltas y contras y recontras
y sus colas
y sus entelequitas y emocioncitas nómadas
y más y más
de cuajo me sacaré el obtuso yo zurdo absurdo burdo que aún busca ser herido aunque sonría
entre otros obvios sordos escombros naturales
y restos casi muertos de algún yo otro propio que todavía ulula
porque me cree su perro
De oleaje tú de entrega de redivivas muertes
en el la maramor
plenamente amada
tu néctar piel de pétalo desnuda
tus bipanales senos de suave plena luna
con su eromiel y zumbos y ritmos y mareas
tus tús y más que tús
tan eco de eco mío
y llamarada suya de la muy sacra cripta mía tuya
dame tu
Balaúa
Jesus Sep 22
Como la lava de un volcán,
que deja su huella allá
por donde pasa..

transformando y alterando
profundamente el paisaje.

En esta danza continua
entre el paso del tiempo
y las cosas de la vida..

en evolucion constante.

Un viaje existencial,
libre de influencias tóxicas,
alteradas o superficiales.

Evolucionando  personalmente,
florece en sincronía con
lo que se piensa,
se dice y se hace.

En un mundo de altibajos,
desdichas y sinsentidos,
pero también de senderos
de luz, ventura y oportunidades...

¡para seguir hacia adelante,
sin estancarse!


El silencio,
la reflexión, la introspección,
y la buena compañía
nutren la mente...

guiándola hacia un sendero
iluminado por su propia
metamorfosis
y evolución constante.

Transformando la existencia
en arte despierto, genuino, reflexivo,
en perpetuo avance.


Por eso mejor,
que a cada tiempo
lo suyo, aprovechando
cada aliento, cada instante,
viviendo plenamente consciente...

¡sabiendo lo que se hace!
Leydis Jul 2017
Mirror so loved it (he made her his slave)

Slave to beauty,
Tied, bound, and condemned to live forever as a slave,
to her master and owner... Mr. APPEARANCE.  

She wants to free herself of this *******,
Rid herself of shallow attachments,
love fully her flaws,
but the cunning mirror, cautiously lies to her,
it has forged an alliance with her mind, to only make visible her most inadequate faults!  

She wants to break free,
love her insipid face,
but the chains of society,
weigh heavy on her…it always reminds her,
that she’s not completely emancipated,
that she is not special,
and she must keep the mold bequeathed to her,
for being born the weak gender and coming out of Adam's rib.  

She’s not fully captive,
She can go and have fun with her girls,
she can work, breast-feed an entire country,
but ultimately,
she should execute those functions,
looking like a beauty queen!  

Doesn’t matter that she’s a genius,
Doesn’t matter that she’s sincere,
Doesn’t matter that that she loves completely,
or the fact that she’s an exceptional person,
the only that matters…..
is that she keeps an ideal figure
that as she graces the streets with her delicate figure
traffic is halt to a stop,
that she be more beautiful than Halle Berry, Salma Hayek or Jolie.  

No, it doesn’t matter…….

As long as she remains tied to that mirror,
it doesn't matter that…..she’s empty inside!
////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////



Esclava de la belleza
amarrada, atada, y condenada,
a vivir por siempre como esclava,
de su amo y dueño…el Señor APARIENCIAS.

Ella quiere soltarse,
desencadenarse de ese apego,
amar plenamente sus defectos,
mas el vituperador espejo,
le miente precavidamente,
se ha combinado con su mente,
para enseñarle, lo más ¡deslucido que posee!

Ella quiere liberarse,
amar su lívido rostro,
pero las cadenas de la sociedad,
le recuerda que no está emancipada por completa,
que ella no es especial,
que tiene que mantener el molde promulgado y estampado,
por nacer de la costilla de Adán.

No es completamente prisionera,
puede salir y divertirse,
puede trabajar,
amamantar un país,
pero al final,
debe ejercer esas funciones,
¡como toda reina de belleza!

no importa que sea genial,
no importa que sea sincera,
no importa que ame por completo,
no importa que sea buena persona,
solo importa,
que mantenga un número ideal,
que choquen carros a su pasar,
que sea más bella que Halle Berry,
Salma Hayek o la Jolie.

Mientras ella siga atada a ese espejo,
no importa que este vacía por dentro!
Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema,
que aún hoy lo embriaga cual lo embriagara ayer;
Quería aprisionar un alma en un poema,
y que viviera siempre... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, silenció su latido,
y en plena lozanía se sintió envejecer;
Quiso amar un recuerdo más fuerte que el olvido
y morir recordando... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, soñó un sueño
sonoro,
en un fugaz anhelo de gloria y de poder;
Subió la escalinata de un palacio de oro
y quiso abrir las puertas... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera,
por vivir plenamente la fiebre del placer;
Ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera,
un goce para él solo... Pero no pudo ser.
Y hoy llegas tú a mi vida, con tu sonrisa clara,
con tu sonrisa clara, que es un amanecer;
y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara,
quiero vivir mi sueño... Pero no puede ser.
Y he de decirte adiós para siempre, querida,
sabiendo que te alejas para nunca volver,
Quisiera retenerte para toda la vida...
¡Pero no puede ser! ¡Pero no puede ser!
Hacer el amor es pintar con el alma,  
un lienzo íntimo que solo comprenden  
aquellos que se aventuran con delicadeza,  
con miradas que buscan más que lo visible.  
Quien no lo descubre,  
aunque lo intente una y otra vez,  
seguirá vacío,  
porque la satisfacción es un eco sutil,  
una canción que nace en lo profundo,  
cuando el acto se convierte en danza,  
en entrega, en paz que fluye sin esfuerzo.  

No es solo un fuego que se consume,  
ni un alivio fugaz.  
Es el momento en que te desvaneces,  
un instante o una eternidad  
donde te fundes en el otro,  
y renaces más limpio, más libre,  
como si volvieras a ser puro.  
Tranquilo, firme, enraizado,  
te descubres lleno, tan lleno,  
que el río que te arrastraba  
ahora te nutre sin desvanecerse.  
Das gracias, porque nuevos horizontes  
se abren ante ti, infinitos y radiantes.  

Cuando el deseo se aleja,  
no es una ausencia, sino un umbral.  
Las puertas de la serenidad se abren,  
y ya no anhelas perderte en el otro,  
sino en ti mismo.  
Nace un nuevo éxtasis,  
el éxtasis de encontrarte contigo,  
una dicha profunda que brota  
de haber compartido con el otro.  
Uno crece, florece a través del otro,  
hasta que llega el momento  
de estar solo, plenamente feliz.  
La necesidad se desvanece,  
pero la sabiduría permanece.  

El otro fue tu reflejo,  
y no lo quebraste,  
porque en él te miraste,  
te reconociste, te elevaste.  
Ya no necesitas buscarte en él,  
puedes cerrar los ojos  
y sentir tu esencia con claridad.  
Pero no habrías llegado aquí  
sin ese espejo que un día  
te mostró con amor.  

Deja que tu amada, tu amado,  
sea tu reflejo.  
Mira en sus ojos,  
descubre tu rostro en ellos.  
Acércate al otro  
para encontrarte a ti mismo.  
Llegará el día en que el espejo  
ya no sea necesario,  
pero no lo rechazarás,  
le estarás agradecido,  
porque sin él no habrías visto  
la luz que ahora te ilumina.  

Entonces llega la trascendencia,  
no como negación,  
sino como un florecer natural.  
Te elevas, vas más allá,  
como la semilla que rompe la tierra  
y busca el cielo.  
Cuando el deseo se transforma,  
la semilla se convierte en árbol,  
y toda esa energía  
se vuelve luz,  
en un renacer eterno.  
Ya no das vida a otro,  
sino a ti mismo,  
renaciendo en la plenitud  
de tu propia existencia.
By: Nasly Castillo
Ana Sanchez May 28
Los pasos que antes resonaban juntos
y ahora se escuchan solitarios.
Como si fuera destino,
me aferro
cuando la realidad ha cambiado
y la persona amada
ya no está presente.

Si solo es posible
en el reino de los sueños
capturar la esencia más feliz,
para no vivir en una constante
preocupación...

Cuando hay salida,
cuando todavía hay un camino
a través del dolor.

Sentirlo plenamente.
Expresarlo.
Atención al sentimiento.

Porque todo lo que hago
es repartir un corazón
que necesita tu amor.

Súplica desgarradora por amor
y conexión emocional.
Su dificultad para hablar
sobre sus sentimientos
sugiere que el amor verdadero
debe resonar profundamente
en el interior,
casi palpable.

Un dolor interno
que es soportado en silencio.
Ella está bien, no hay problema...
pero vive acompañada
del amor romántico.
Jesus Aug 18
Viven su vidas
en profundidad,
procurando entender:
los misterios,
las incógnitas
y las respuestas
de la propia existencia...

que siempre están
por resolver.

Son plenamente conscientes
de lo poco que saben,
de todo lo que les queda
por alcanzar.

Del poco tiempo que tienen,
y de la inmensidad
de lo desconocido...

de ese ancho y vasto mar.

Son los llamados
aprendiendo a aprender,
los que sin ceder
ni rendirse,
sin dar pasos atrás.

Viven sus vidas
profundizando en lo mismo,
día tras día,
procurando saber,
en un viaje infinito...

¡Maestros y alumnos a la vez!
Jesus Aug 16
¿ Y si no estoy vivo,
y solo soy parte de un juego,
al que juega un niño alienígena de
una civilización superior?.


Siendo él desde el otro lado,
el que va incitando mi presente,
y todo lo que hago y hay
a mi alrededor no existe.


¿ Y solo soy un conejillo
de indias, que tiene establecidas y predeterminadas,
todas sus funciones, estatus social,
cosas que hacer
y también su rol?.


Mientras el niño desde el
otro lado , va dándole a
las teclas del juego, desde
un lugar imposible
de saber, de esa civilización superior:


Desde el mismo día de mi
nacimiento, hasta el aquí
y el ahora de hoy.


¿ Y si me acabo de dar cuenta
de esto ahora mismo,
y en realidad no soy yo ?.


Si esto es así,
he sido capaz de salir del juego
despertando a él.

Hacia una nueva ruta y parte
del engranaje,
creada por mí mismo
y no por el ordenador.


Por lo que el niño alienígena
que juega conmigo,
de esa civilización superior.


Y el mismo creador del juego,
en el que participo yo.

¡ Qué no es otro que el propio
niño ya mayor!, desde otro tiempo
más avanzado y en otra dimensión,
de su propia civilización.


Siendo un alto
representante estelar,
de todo tiempo,
espacio, universo y lugar.



Tienen un gran problema,
y a la vez una excelente
solución.

Para que este juego vaya a más
y a mejor, ya que estando
plenamente despierto, consciente
y pasando a la acción:


Me toca ir moviendo mis propias
fichas, desde esta nueva
posición.


Para ir avanzando
en el juego y que el mismo
vaya a más,
escalón a escalón.


Y así, de esa manera,
! qué el niño alienígena,
se lo pase mucho mejor!.


Ya que al ser el juego
controlado por los dos,
más equitativo este,
más difícil para él,
y también más entretenido
y mejor.


¡ Dándole más
calidad al mismo,
y reflexión a su creador!.


Para que lo haga más
equilibrado, más armonioso,
y con más acción.


Siendo de esa manera, el juego más
abierto, profundo, complejo,
¡ y también mucho mejor!.


Tanto para el niño alienígena,
este que soy yo,
¡ y también para su creador!.


Y por todo lo anterior,
aquí y ahora mismo queda
escrita esta reflexión,
que seguro le sirve de algo
a todo lo anterior.


" No todo lo que parece
es lo que es, como no todo lo que
se piensa, es lo que
se hace también..

¿ quién ha escrito el
algoritmo, mi energía o yo?.
Jesus Aug 19
Por todo lo vivido,
por todo lo aprendido;
por cada derrota
y cada victoria...

Por cada respiración,
cada latido:
plenamente consciente,
despierto y presente.

Por cada aliento,
por cada regalo,
por cada milagro.

Por hilar el tiempo,
por vivir el momento,
por estar en el paraíso,
el aquí y el ahora,
de esta parte y lugar
de la Tierra.

Antes, durante y
después,
de esta vida...

¡Afortunado,
por ser parte
consciente de
un todo universal!
Jesus Sep 22
Mientras los días van pasando
como volando, viviendo cada momento
como único, y por ello,
agradecido y afortunado.


Se vive plenamente consciente
de ser parte activa y presente,
de una eternidad inexplicable...

una danza de energía en
plena acción.


Si toda forma de vida,
planeta, estrella, galaxia,
vasto universo y más allá,
se encuentra entrelazado en
una danza de interacción,
entonces...

nada existe por sí mismo,
como cualquier estrella:


Cuyo fulgor depende de la
fusión de sus propias partes.


Esta interacción parece ser
la regla, el motor que da vida
al cosmos, la causa, razón
y motivo, que mantiene todo
en movimiento:

El corazón
del universo.

Lo vivo ahora, en cada célula
de mi cuerpo, mientras escribo
este texto.
En plena acción,
flujo constante y movimiento.

De no ser así. No estaría aquí.
Ya me habría mudado,
más allá de mi propia muerte.


Es probable
que esta danza en movimiento
continúe, no solo en este
eterno presente tangible,
sino también,
en otros tiempos y espacios...

en universos no imaginados,
y si esto es así:

La nada no tiene cabida,
no existe.
Tal vez la muerte,
sea el paso hacia algo más
profundo e inexplicable,
dentro de la propia danza del universo.


El más allá, entonces no solo
es posible, es inevitable,
y sin embargo,
absolutamente desconocido.

Por lo tanto, si lo único
que existe, tal y como percibimos
el tiempo, es el presente...

¿qué otra cosa es, sino el
mismo futuro, tejiendo y
deshaciendo el pasado una
y otra vez?


¿Será posible estar despierto
en cuerpo, mente y alma,
plenamente en él?

Tal vez ahí resida la clave:
la conciencia plena...

unida al universo al que
pertenecemos, como
una estrella en plena acción.


Y así, mientras los días
vuelan, entre letras,
deporte, alimentación y
descanso, me entrego al presente,
viviéndolo como único:

Agradecido por todo lo anterior.
Jesus Sep 13
En un universo donde
todo se interconecta,
todo ocurre por una razón...

y todo interactúa con algo.

Más allá de la mente,
más allá del yo,
son parte plenamente
conscientes de un
todo universal.

Habitantes de la vida
y el amor,
para vivirlo y entregarlo:

¡Energía en proceso
de transformación,
en cuerpo humano!

Lo más cercano,
lo más sentido,
lo más experimentado,
de la conciencia plena...

hacia el despertar del ser.

En un proceso que tuvo
su principio,
con un único fin:

La interacción del todo.
Jesus Sep 17
Dejar de crecer en uno mismo,
por rendirse al conformismo
y la apatía...

es como intentar
llenar un vaso de agua
sin abrir el grifo.


El abismo interno y la ausencia
de sentido ganan la partida,
y la sed de la razón se ahoga
en un estanque inmóvil...

sin corrientes que lo impulsen.

La libertad del espíritu
queda apagada, la vitalidad
oscurecida, sin la luz que la guíe...

queda atrapada en la seguridad
de la comodidad.


Pero siempre hay quienes
rompen ese ciclo...

que no se dejan llevar
por la corriente de los demás.


Convirtiéndose por
derecho propio,
en espíritus libres...

lo que nunca se conforman
y siempre andan en busca de más.


Autodidactas e independientes,
maestros de sus propias vidas...

alcanzan la paz interior
en el silencio de su ser.


Frente al vasto mar del
universo, del que son parte
consciente, son como polluelos
recién salidos del cascarón:

plenamente conscientes de
su fragilidad. Pero también
de su infinito potencial.


Guiados por la razón,
la intuición y su fortaleza
interior, transitan la vida
con paso firme, despiertos...

activos y en plena acción.


En honor al cosmos que los
cobija, ante el conocimiento
nunca se conforman.

Ni siquiera contra las
olas dejan de remar.


¡Almas libres!
Siempre en busca de nuevos
horizontes ,
por y para progresar:

más montañas que escalar,
más mares que navegar:

¡Y más estrellas que alcanzar!
Jesus Sep 2
Como en una buena
paella, donde cada
ingrediente importa,
y una cocción adecuada
la define.


Así en la vida:
mejor desde la esencia,  
en todas sus dimensiones,  
con plena lucidez:  

¡Y mucho amor!

Por lo tanto,
para sentir la paz,  
es mejor estar liberado
de las expectativas
del futuro,
de la mente...

"Y de Las barreras del yo".


Siendo plenamente
consciente de todo lo anterior,  
y llevarlo a la acción,  
un día sí y otro también...

Con la mente despejada,
el alma en calma,
y por supuesto...

¡Que con amor!
Jesus Aug 18
Como el agua de la fuente,
cuando sacia,
y mana pura de la montaña.

Como adentrarse en un bosque,
sintiendo toda su esencia,
sin prisa ni auriculares...
despierto, presente.

Como la luz que va dando
paso al día,
vista con agradecimiento,
como una oportunidad
para abrazar la vida.

Como la sangre
que fluye por mis venas,
bombeada por este corazón,
hasta cada una de mis células.


Como el río,
cargado de vida,
que nunca cesa, y se abre
más allá de mis propios entresijos mentales.

Con toda esta energía,
de la que soy plenamente
consciente,
que día tras día
me sostiene.

Aquí y ahora,
en este tiempo,
espacio y lugar,
por ser parte de este universo compartido...

eternamente agradecido.
Jesus Aug 28
Sin la necesidad de
ningún tipo de juramento,  
sin esperar respuesta,  
a todo el universo,  
hoy y siempre:  

A ti,  
que por la senda
de la honradez, la lealtad,  
la dignidad, la firmeza
y la disciplina...

permaneces indomable,
abriéndote siempre camino.  

Que eres inalterable en
tus convicciones,  
y avanzas siempre bajo
el abrigo de la sencillez,
la empatía  
y la humildad.  

Que caminas sin ceder  
ante nada ni nadie,  
que intente alterar o
cambiar los principios
que han hecho de ti  
la persona que ahora eres...

y todo lo que aún
te queda por mejorar.

A ti, que vives tu vida  
siendo quien eres,  
una esencia inquebrantable,  
en todas y cada una
de las circunstancias...

en todas y cada una
de tus dimensiones.  

Que te has caído  
y te has alzado
sobre ti mismo  
las veces necesarias,  
y lo harías  
otras mil más.  

Que sigues tu propio camino,  
con dirección y metas claras,  
plenamente consciente,  
completo y presente...

desde tus pies  
hasta tu cabeza.  

A ti,  
por ser una verdad
incontestable,  
indestructible e inmutable,  
y por poseer el mayor
de los tesoros:  

¡Ser tú mismo!

Por ser el artífice
de tu propio destino,  
por haberlo forjado  
y seguirlo perfeccionando,  
por ser un espíritu libre  
de alma inquebrantable:


¡Indomable!


A ti,
va dedicado este
manifiesto  
y también estos aplausos.  

¡Pura vida, pues!  
¡Remos, y a por más!
Jesus Sep 22
Más allá de lo común
y superficial,
habitan la vida quienes viven
desde lo profundo, la esencia:

esa chispa esencial que da
sentido a toda existencia.


Buscadores de sueños,
reales y posibles,
impulsándolos a la acción,
construyendo un presente
mejor...
más humano,
más vibrante y con más
inspiración.

Ofreciendo por ahí
lo mejor de sí,
sembrando luz en corazones
ajenos, transmitiendo ánimo...

energía positiva y amistad.


No viven atados a ninguna
persona, doctrina o religión,
sino a un todo universal vasto
e infinito, del cual
son parte activa...

y a cuyo latido
juran lealtad.

Su tierra: el planeta que habitan,
su hogar: el vasto universo,
su bandera: la humanidad.

Solitarios o acompañados,
avanzan firmes por su camino...

vivir plenamente, siempre
hacia adelante,
sin un paso atrás.



Hacen del vivir
un arte: transformador
y profundo, y una
ciencia singular...

en constante
y genuino avance.


Ante el infinito conocimiento
y el vasto mar,
nunca se conforman,
porque siempre quieren más:

Más conocimiento
más claridad y
más profundidad...

para una comprensión más
amplia de las cosas,
que ilumine su caminar.


Firmes, autodidactas e
independientes,
¡andan más vivos que nunca,
para contarlo, para motivar,
para inspirar!

Son esa chispa de vida,
que va dejando su huella
al pasar, actitud y energía
positiva...

encendiendocorazones y
levanta el ánimo,
por el simple hecho de estar.


¡Buscadores de sueños reales
y eternos, que nunca se
detienen, que como faros de esperanza ante la inmensidad del mar...

Nunca se conforman
y siempre van
más allá.
Jesus 1d
¿Habitamos realmente en el
presente, o por el contrario,
estamos a merced de las
cadenas del tiempo psicológico?

Si todo lo que pasa
lo está haciendo en el
aquí y el ahora de cada
momento vivido,
salvo por las cosas del
ayer, que requieren reflexión...

u otras del mañana por
planificar, pendientes
por hacer.


Una mente anclada al pasado
o futuro, se convierte en
una jaula...
y en la pérdida
de tiempo más común
y generalizada.

Por no andar despiertos
en el momento presente y
sí dentro de la mente.

"Hay muchas formas de pasar el
tiempo, pero no todas son
capaces de alinear la mente,
el cuerpo y el alma,
en el aquí y el ahora
del momento presente:

fuera de la mente.




No es lo mismo hacer
una tortilla de patatas
plenamente consciente
que hacerla en el
tiempo psicológico.


Como no es lo mismo sentarse
a la vera de un río
rodeado de naturaleza,
que hacer lo mismo dentro
de la mente, sin poder
percibir y escuchar
el aquí y el ahora
latente de ese lugar.


El presente,
¿estamos genuinamente
conscientes de su presencia,
o dentro de la mente?


"Cuando la mente es utilizada,
se convierte en un universo
extraordinario y poco explorado,
cuando no, en la principal
jaula donde se esfuma el presente."

— The End —