Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
Cuando yo muera quiero tus manos en mis ojos:
quiero la luz y el trigo de tus manos amadas
pasar una vez más sobre mí su frescura:
sentir la suavidad que cambió mi destino.

Quiero que vivas mientras yo, dormido, te espero,
quiero que tus oídos sigan oyendo el viento,
que huelas el aroma del mar que amamos juntos
y que sigas pisando la arena que pisamos.

Quiero que lo que amo siga vivo
y a ti te amé y canté sobre todas las cosas,
por eso sigue tú floreciendo, florida,

para que alcances todo lo que mi amor te ordena,
para que se pasee mi sombra por tu pelo,
para que así conozcan la razón de mi canto.
Aquí los antiguos recibían al fuego
Aquí el fuego creaba el mundo
Al mediodía las piedras se abren como frutos
El agua abre los párpados
La luz resbala por la piel del día
Gota inmensa donde el tiempo se refleja y se sacia

A la española el día entra pisando fuerte
Un rumor de hojas y pájaros avanza
Un presentimiento de mar o mujeres
El día zumba en mi frente como una idea fija
En la frente del mundo zumba tenaz el día
La luz corre por todas partes
Canta por las terrazas
Hace bailar las casas
Bajo las manos frescas de la yedra ligera
El muro se despierta y levanta sus torres
Y las piedras dejan caer sus vestiduras
Y el agua se desnuda y salta de su lecho
Más desnuda que el agua
Y la luz se desnuda y se mira en el agua
Más desnuda que un astro
Y el pan se abre y el vino se derrama
Y el día se derrama sobre el agua tendida
Ver oír tocar oler gustar pensar
Labios o tierra o viento entre veleros
Sabor del día que se desliza como música
Rumor de luz que lleva de la mano a una muchacha
Y la deja desnuda en el centro del día
Nadie sabe su nombre ni a qué vino
Como un poco de agua se tiende a mi costado
El sol se para un instante por mirarla
La luz se pierde entre sus piernas
La rodean mis miradas como agua
Y ella se baña en ellas más desnuda que el agua
Como la luz no tiene nombre propio
Como la luz cambia de forma con el día
Santiago May 2015
A donde quiera que voy, me acuerdo de ti
A donde quiera que estoy, te estoy mirando

El viento me trae tu voz
No hay musica que oiga yo
Que no me deje llorando

Que tierra pisando estas
Que estrellas te alumbraran
Tu camino bueno o malooooooo
Que boca borrando esta
Los besos que yo te di
"Corazoncito Tirano"

A donde quiera que voy, me acuerdo de ti
Mi alma se muere por ir, juntito a tu alma

El mar sin agua no es mar
El sol sin luz nunca es sol
Y yo sin ti no soy nada

Que tierra pisando estas
Que estrellas te alumbraran
Tu camino bueno o maloooooooo
Que boca borrando esta
Los besos que yo te di
"Corazoncito tirano"...................
Innecesario, viéndome en los espejos,
con un gusto a semanas, a biógrafos, a papeles,
arranco de mi corazón al capitán del infierno,
establezco cláusulas indefinidamente tristes.

Vago de un punto a otro, absorbo ilusiones,
converso con los sastres en sus nidos:
ellos, a menudo, con voz fatal y fría,
cantan y hacen huir los maleficios.

Hay un país extenso en el cielo
con las supersticiosas alfombras del arco-iris
y con vegetaciones vesperales:
hacia allí me dirijo, no sin cierta fatiga,
pisando una tierra removida de sepulcros un tanto frescos,
yo sueño entre esas plantas de legumbre confusa.

Paso entre documentos disfrutados, entre orígenes,
vestido como un ser original y abatido:
amo la miel gastada del respeto,
el dulce catecismo entre cuyas hojas
duermen violetas envejecidas, desvanecidas,
y las escobas, conmovedoras de auxilio,
en su apariencia hay, sin duda, pesadumbre y certeza.
Yo destruyo la rosa que silba y la ansiedad raptora:
yo rompo extremos queridos: y aún mas,
aguardo el tiempo uniforme, sin medida:
un sabor que tengo en el alma me deprime.

Qué día ha sobrevenido! Qué espesa luz de leche,
compacta, digital, me favorece!
He oído relinchar su rojo caballo
desnudo, sin herraduras y radiante.
Atravieso con él sobre las iglesias,
galopo los cuarteles desiertos de soldados
y un ejército impuro me persigue.
Sus ojos de eucaliptus roban sombra,
su cuerpo de campana galopa y golpea.

Yo necesito un relámpago de fulgor persistente,
un deudo festival que asuma mis herencias.
Este poema tiene un son
que no es el suyo. Imaginad
que estamos bailando un bolero.
Pero la música que suena
yo no la oigo: es otro ritmo,
otro compás, el que yo llevo.
Bailo a destiempo, a contratiempo.
Mi pareja se queja porque
la estoy pisando. ¿Cómo puedo
decirle que escucho una música
que ya sonó o no sonó nunca?
Nos sentamos. No nos mirabamos.
(No nos veríamos).
El son
de este poema no es el suyo:
llevamos músicas distintas.
Por eso el baile es imposible
y debo desistir.
Soñábamos algunos cuando niños, caídos
En una vasta hora de ocio solitario
Bajo la lámpara, ante las estampas de un libro,
Con la revolución. Y vimos su ala fúlgida
Plegar como una mies los cuerpos poderosos.

Jóvenes luego, el sueño quedó lejos
De un mundo donde desorden e injusticia,
Hinchendo oscuramente las ávidas ciudades,
Se alzaban hasta el aire absorto de los campos.
Y en la revolución pensábamos: un mar
Cuya ira azul tragase tanta fría miseria.

El hombre es una nube de la que el sueño es viento.
¿Quién podrá al pensamiento separarlo del
sueño?
Sabedlo bien vosotros, los que envidiéis mañana
En la calma este soplo de muerte que nos lleva
Pisando entre ruinas un fango con rocío de sangre.

Un continente de mercaderes y de histriones,
Al acecho de este loco país, está esperando
Que vencido se hunda, solo ante su destino,
Para arrancar jirones de su esplendor antiguo.
Le alienta únicamente su propia gran historia dolorida.

Si con dolor el alma se ha templado, es invencible;
Pero, como el amor, debe el dolor ser mudo:
No lo digáis, sufridlo en esperanza. Así este pueblo iluso
Agonizará antes, presa ya de la muerte,
Y vedle luego abierto, rosa eterna en los mares.
No fue jamás mejor aquello.
Esto de ahora es doloroso;
pero el dolor nos hace hombres
y ya ninguno estamos solos.
Alto fue el precio que pagamos:
miseria y llanto de los ojos,
nuestros mejores años verdes
y nuestros sueños más hermosos.

Porque nacimos bajo el signo
del cerebro. Pero ya todo
se vino a tierra una mañana.
Lo devastó un viento glorioso,
y somos ruinas o cimientos,
algo inconcreto, algo borroso:
tronco cortado a ras de tierra,
que nadie sabe que fue tronco.

Predestinados para sabios,
para teóricos,
nos enseñaron muchas cosas
conceptualmente. Y como a un pozo
de agua estancada y silenciosa,
fuimos echando piedras, lodo,
trozos inútiles de muerte,
mármoles rotos.
Ahora no vemos sobre el agua
El paisaje que se alza en torno.

Predestinados para sabios,
para teóricos,
conoceríamos la vida
sólo a través del microscopio,
y nuestro amigo, nuestro hermano,
serían entes, microcosmos,
nombres velados, sin sentido,
abstracciones…

Pero ya todo
se vino a tierra una mañana.
Lo devastó un viento glorioso.
Se desbordó un día la vida,
nos tornó locos,
y les pusimos a las cosas
nuevos nombres. Y el vino rojo
de la sangre, y el agua pálida
del llanto, el sol majestuoso
del mediodía de verano
fueron más que simples fenómenos,
abstracciones, malabarismos
de los teóricos.

Éramos hombres, y el de enfrente,
aquel que hablaba con nosotros,
de su tiempo, de nuestro tiempo,
no era un ente ni un microcosmos.
El que sufría, el que gritaba
o lloraba por estar solo;
el que durmió sobre la hierba
las noches húmedas de otoño
a nuestro lado, alma con alma,
hombro con hombro,
aquél, cegado por la tierra
que nos echaban a los ojos;
aquél que anduvo por los campos
solitario, pisando odios,
era un hombre de carne y hueso
como nosotros.



Es extraño. Noches y días
se suceden. Seguimos solos
como unos árboles raquíticos
en la cima de un monte. Pozos
semicegados. (Pero el agua,
invisible para los ojos,
como una remota esperanza
suena en el fondo.)

Es triste alzarse de uno mismo,
poner los ojos en el rostro
de los hombres que han de venir
tras de nosotros,
que no sabrán que entre los árboles,
sobre la hierba, en el mar hondo,
en las ciudades, en las cumbres,
hemos cantado, temblorosos
por la alegría de estar vivos.

Así pasamos, como un soplo
de brisa azul sobre la piedra.
Sin dejar rastro, como el oro
de las hojas, cuando coronan
la frente grave del otoño…

Porque no queda ni una sola
rosa plantada por nosotros.
Andando, andando.
Que quiero oír cada grano
de la arena que voy pisando.

Andando.
Dejad atrás los caballos,
que yo quiero llegar tardando
(andando, andando)
dar mi alma a cada grano
de la tierra que voy rozando.

Andando, andando.
¡Qué dulce entrada en mi campo,
noche inmensa que vas bajando!

Andando.
Mi corazón ya es remanso;
ya soy lo que me está esperando
(andando, andando)
y mi pie parece, cálido,
que me va el corazón besando.

Andando, andando.
¡Que quiero ver el fiel llanto
del camino que voy dejando!
maybe marc Feb 2018
eres un respiro;
un claro en medio del bosque.
se pide perdón con la lengua
sin siquiera decirlo.
akí hay aktivismo a golpes,
una gotita de sangre calentándote la cara con su caída.
en los ríos la calma que da balance a la violencia
en la lluvia una oportunidad para empezar de nuevo.
se respiran flores amarillas y moras
dejándote un gustito dulce en la garganta;
con ganas de un día más acá.
las hojas bailan como bailé yo la noche de ayer
sin ningún esfuerzo
dejándose llevar por el ritmo de la brisa.
caminar por tus calles una confusión conocida,
perderme en tí es lo más lindo.
quiero una conversación eterna contigo,
ver como das vuelta todo lo que pensé que eras;
que escuches mis penas pisando tus caminos,
que me limpies el corazón con una botella de vino
y los actos amables que se esconden en tus esquinas,
detrás de las cortinas de tus casas de hojalata.
Alan Eshban Jun 2017
El sentir llenarse tu cuerpo de tranquilidad,
Cuando mirar el cielo y ver cómo las estrellas brillan en la oscuridad,
Fresca sentir la noche, saber que no es solo un estado climático, sino el momento que te hace pasar, que el tener el retrato pintado en tu memoria de cada estrella reluciente qué hay,
El saber que estás pisando la tierra, pero tu alma sentir volar por alguna hermosa pradera, donde las estrellas son los matorrales y pastizales,
Que hermosa noche, no me cansaré de decirlo
Pero lo único que le falta a esta maravillosa noche eres tú amor mío.
dead0phelia Jul 2023
23:23 eu dou play na musica
e finjo que sou você ouvindo pela primeira vez
cada palavra
cada acorde
é novo
fecho os olhos e finjo nao saber
o próximo verso que vem
vou no sacolão e escolho a dedo
as frutas que você odeia
ignoro intuitivamente as uvas thompson
mesmo sendo as minhas preferidas
pendurei uma samambaia dificil de cuidar
mesmo sabendo que ia matá-la de sede
acho que eu quero mesmo
ver ela morrer
folheio uma revista e penso em como seria cada figura em suas mãos
ligo a tv e adormeço nos canais
cai em 5 sonhos diferentes
trazidos pela lua em gêmeos
acordo acelerada buscando uma roupa que possa me disfarçar o corpo cansado de tanta projeção astral
atravesso a rua
pisando nos seus passos
e a cada passo
me abandono
sem nunca chegar em lugar nenhum
Cezú Sep 22
Yo no tengo voz de hombre
ni cara de hombre, ni pensamientos de uno.
Mi voz es mía, mis pensamientos míos.
Lejos de perfecto, amo mi cuerpo,
que ni carece ni le sobra algo.
Me presento al mundo auténtico.

Tú no me ves como un hombre.
Me dices que no es un rol
ni expectativa al que me tenga que ajustar.
Yo no soy un hombre.
No quiero serlo.
Me presiono para cumplir con lo que creo crees debo
y así no darte razón a no quererme.

Tu voz hace que levite.
Se me da bien escucharte a ti sola
o a mí solo
al menos hasta que les escucho el gargajazo.
Obligado a escanear mis alrededores
para ver de donde salió el hijueputa sin educación.

Estaba sobre el mar,
nuestras voces, las olas.
Ahora estoy descalzo en la ciudad
pisando gargajazos.

Quizá moriré y nunca acaben.
Y mis pies nunca sequen.
me arreché
Daniii May 8
En el borde del silencio nací,
cuando el mundo callaba y solo hablaban
las grietas del alma.

Fui eco de un suspiro antiguo,
hijo de una lágrima que no cayó,
y de un amor que jamás se atrevió a ser nombre.

Caminé entre ruinas de promesas,
pisando cristales de lo que soñé
con manos vacías
y un corazón que no sabía olvidarse.

Vi amaneceres que no me esperaban,
y aún así, me quedé.
Esperando a que alguien viera en mis ojos
el incendio que callo.

No soy poeta.
Soy herida vestida de verso.
Soy voz que sangra belleza
para no morir en el intento.

Y si alguna vez me olvidan,
que sea por no haber fingido.
Que mi verdad arda más que mi ausencia.

— The End —