Cuando ni con guindillas
picantes metidas por el culo
encenderías las ganas.
Porque la desazón
y la desgana
se te plantan delante...
y no hay manera de echarlas.
Sea por un motivo real
o justificado,
o porque
ya te encargas
tú de inventarte uno,
para que lo haya.
Si, por las cosas de la vida,
lo que pasa
lo hace por y para algo,
que ese día, para ti,
lo sea también:
¡una experiencia
para el mañana!
Como cuando andas
cargado con la batería
de tantos iones positivos
y, pese a las circunstancias,
devoras tu tiempo
como si no hubiese un mañana.
Y lo quemas
más que una lumbre de carbón
en un frío amanecer de invierno,
sea el día que sea...
en el amanecer,
la tarde y noche,
o en la mañana.
Y, por las cosas de la vida,
ese día es para ti…
¡la mejor de las naranjas!
Dedicado a quién
por el motivo que sea,
como hoy ha sido mi caso,
tenga un mal día.