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No me queréis, lo sé, y que os molesta
Cuanto escribo. ¿Os molesta? Os ofende.
¿Culpa mía tal vez o es de vosotros?
Porque no es la persona y su leyenda
Lo que ahí, allegados a mí, atrás os vuelve.
 Mozo, bien mozo era, cuando no había brotado
Lengua alguna, caísteis sobre un libro
Primerizo lo mismo que su autor: yo, mi primer libro.
Algo os ofende, porque sí, en el hombre y su tarea.

¿Mi leyenda dije? Tristes cuentos
Inventados de mí por cuatro amigos
(¿Amigos?), que jamás quisisteis
Ni ocasión buscasteis de ver si acomodaban
A la persona misma así traspuesta.
Mas vuestra mala fe los ha aceptado.
Hecha está la leyenda, y vosotros, de mí desconocidos,
Respecto al ser que encubre mintiendo doblemente,
Sin otro escrúpulo, a vuestra vez la propaláis.

Contra vosotros y esa vuestra ignorancia voluntaria,
Vivo aún, sé y puedo, si así quiero, defenderme.
Pero aguardáis al día cuando ya no me encuentre
Aquí. Y entonces la ignorancia,
La indiferencia y el olvido, vuestras armas
De siempre, sobre mí caerán, como la piedra,
Cubriéndome por fin, lo mismo que cubristeis
A otros que, superiores a mí, esa ignorancia vuestra
Precipitó en la nada, como al gran Aldana.

De ahí mi paradoja, por lo demás involuntaria,
Pues la imponéis vosotros: en nuestra lengua escribo,
Criado estuve en ella y, por eso, es la mía,
A mi pesar quizá, bien fatalmente. Pero con mis expresas
excepciones,
A vuestros escritores de hoy ya no los leo.
De ahí la paradoja: soy, sin tierra y sin gente,
Escritor bien extraño; sujeto quedo aún más que
otros
Al viento del olvido que, cuando sopla, mata.

Si vuestra lengua es la materia
Que empleé en mi escribir y, si por eso,
Habréis de ser vosotros los testigos
De mi existencia y su trabajo,
En hora mala fuera vuestra lengua
La mía, la que hablo, la que escribo.
Así podréis, con tiempo, como venís haciendo,
A mi persona y mi trabajo echar afuera
De la memoria, en vuestro corazón y vuestra mente.

Grande es mi vanidad, diréis,
Creyendo a mi trabajo digno de la atención ajena
Y acusándoos de no querer la vuestra darle.
Ahí tendréis razón. Mas el trabajo humano
Con amor hecho, merece la atención de los otros,
Y poetas de ahí tácitos lo dicen
Enviando sus versos a través del tiempo y la distancia
Hasta mí, atención demandando.
¿Quise de mí dejar memoria? Perdón por ello pido.

Mas no todos igual trato me dais,
Que amigos tengo aún entre vosotros,
Doblemente queridos por esa desusada
Simpatía y atención entre la indiferencia,
Y gracias quiero darles ahora, cuando amargo
Me vuelvo y os acuso. Grande el número
No es, mas basta para sentirse acompañado
A la distancia en el camino. A ellos
Vaya así mi afecto agradecido.

Acaso encuentre aquí reproche nuevo:
Que ya no hablo con aquella ternura
Confiada, apacible de otros días.
Es verdad, os lo debo, tanto como
A la edad, al tiempo, a la experiencia.
A vosotros y a ellos debo el cambio. Si queréis
Que ame todavía, devolvedme
Al tiempo del amor. ¿Os es posible?
Imposible como aplacar ese fantasma que de mí evocasteis.
Nataly Donado Aug 20
Pequeños flashes de cámara
apuntan a mi cabeza:
imágenes en blanco y *****,
fotos que nunca existieron.

En algunas corremos por prados;
en otras miramos atardeceres.
Tomamos café, llueve,
leemos poesía.

Sonreímos cuando las miradas
se encuentran;
cuando pronuncias mi nombre
y yo sostengo el tuyo,
un nombre que baila entre mis labios
y vuela con el viento.

Recuerdos inventados,
golondrinas que hacen nidos a lo lejos:
en árboles caídos, en techos abandonados.
Allí permanecen,
como memorias
de cosas que nunca fueron.
Jesus Aug 28
Como ese fuego rojo intenso
y vivo, en lumbres de carbón ,
calentando inviernos
también intensos
y puntuales
siempre en el tiempo .


Casas de pueblo y pisos de barrio ,
la mayoría construidos para
familias numerosas .

Fuego intenso, rojo y vivo
que en tiempos de frío no
solo servía de calefacción ,
sino también para cocinar
comida y cena...


Y por otoño, asar
las castañas .


Ya nada es como antes ,
como cuando aquellos niños
chavales y jóvenes ,
por vacaciones todos los días
de verano, y por la tarde
el resto de año .


Jugaban por las calles de
pueblos y barrios, con diferentes
artilugios inventados en la época .


Utilizando única y
exclusivamente para ello
su ingenio, pero sobre
todo su imaginación .


Y si por algún motivo o no ,
en la calle alguno de ellos
recibía un buen guantazo .


Se lo comía con patatas
fritas(y no las de bolsa
o de sartén),
por si acaso, al llegar
a casa, presentando
queja o lamento por ello...


Recibía otro, en lado diferente
para más patatas .

Luego muchos de esos
chavales ,
(lo que no se dedicaban
a delinquir),
si por algún motivo no querían
estudiar ,
al día siguiente a trabajar .

Y todos los meses, el día de cobro,
el sueldo para casa ,
que la familia es numerosa
y no se llega a fin de mes .


Ya nada es como antes ,
como aquella típica frase:

"No hay huevos".


Que algún chaval, de por aquella
época, iluminado
de repente y sin pensarlo ,
pronunciaba al resto de
amigos...

"esos de los de antes ".


Para hacer algo un poco alocado,
solo para los amigos
de la pandilla
o el grupo .

Y el resto, al
escucharla, como hipnotizados ,
sin dudarlo...

todos y a una,¡a por ello!


Ya nada es como antes ,
como aquellas discotecas a la
a las que se iba
a ligar y  bailar .

Y cuando sonaba la música
lenta ,los chavales se iban
acercando pausadamente a las chicas
que se encontraban expectantes,
para pedirles salir a la pista
a bailar a lo agarrado .


Música de diferentes grupos,
españoles y no, de aquella época ,
a lo que unas veces estas
contestaban que sí,
y otras que no .


Luego, cuando tocaba bailar
a lo suelto,
y en lo más movido, como
por ejemplo ADCD o tequila,
muchos chavales, al compás
de la música del grupo
y letra de la canción,
mientras bailaban...

no dejaban de tocar
su guitarra imaginaría ,
como si estaría esta
presente en sus brazos y manos .


Ya nada es como antes ,
como cuando el futuro se encontraba
en aquel partido de fútbol,
que se tenía pendiente
para el día siguiente .


O en aquellos juegos de las
canicas, chapines, peonza,
raya, cromos,
el pico zorro zaina ,
estatuas quietas mudas
e inmóviles...



Y seguro que otras más
que se estan quedando
en el tintero .



Luego, el futuro más lejano
solo servía para
calcular cuántos años se
tendrían en el ,
como por ejemplo en el
año dos mil .


Recuerdo a un grupo de chavales
  de uno de esas barriadas
y panda de amigos decir,
como si fuese ahora mismo:

!Yo tendré ya
la edad de Cristo!,
y otro: ¡Yo uno más!,
y así, otras cuantas veces más  .


Algo que por entonces parecía
tan lejano, y mira tú por dónde ,
que por haber sabido esquivar
al diablo de las drogas .


Muchos chavales de aquella
época, y sobre todo de
esos barrios,
no están ahora aquí
para contarlo .

Ese demonio REAL que se colaba
por todos los arrabales,
sobre todo los de obreros,
y por algún otros sitio más,
en mínima cantidad .


Por el regalo de la salud ,
la práctica continuada del
del deporte, y vete tú
a saber, si por algún otro
motivo desconocido .

Catorce de octubre de
día más que ganado al tiempo
,y aquí,
uno de esos chavales de
esos barrios obreros,
el mismo que dijo eso de...

¡y yo uno más!.


Afortunado por haber
vivido intensamente
los ochenta .

Para terminar este escrito
con letras mayúsculas
y el corazón en ellas,
de puño y letra...


¡Ya nada es como antes!

— The End —