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En los campos de Antelo, hacia el noventa
mi padre lo trató. Quizá cambiaron
unas parcas palabras olvidadas.
No recordaba de él sino una cosa:
el dorso de la oscura mano izquierda
cruzado de zarpazos. En la estancia
cada uno cumplía su destino:
éste era domador, tropero el otro,
aquél tiraba como nadie el lazo
y Simón Carvajal era el tigrero.
Si un tigre depredaba las majadas
o lo oían bramar en la tiniebla,
Carvajal lo rastreaba por el monte.
Iba con el cuchillo y con los perros.
Al fin daba con él en la espesura.
Azuzaba a los perros. La amarilla
fiera se abalanzaba sobre el hombre
que agitaba en el brazo izquierdo el poncho,
que era escudo y señuelo. El blanco vientre
quedaba expuesto. El animal sentía
que el acero le entraba hasta la muerte.
El duelo era fatal y era infinito.
Siempre estaba matando al mismo tigre
inmortal. No te asombre demasiado
su destino. Es el tuyo y es el mío,
salvo que nuestro tigre tiene formas
que cambian sin parar. Se llama el odio,
el amor, el azar, cada momento.
SoVi Apr 2018
Quien soy yo además de areana gastada?
Sin rumbo flotando sin un propósito.
No mas recuerdo el océano y todo su dolor.
Ni se como me miro llo.

Las mareas retroceden de su lugar
Y me deja expuesto al luz del sol.
Rocas preciosas varados en la orilla de la costa
Brillando se rejunta y se unen conmigo.

Corrientes de recuerdos se apresuran a mi mente
Alimentando el agua de mi alma.
Rompiendo la presa que retiene todas mis emociones
Haciendo sentir todo la humanidad.

Arrastrandome con la mitad del miembro formado
Siento un dolor que filtra desde mis huesos.
Pero no lo rechazó con lágrimas
En cambio, lo acepto con una sonrisa acuosa.

El océano quiere detenerme
Escóndeme en las profundidades de mi desesperación.
Chupando el calor de toda mi alegría
Quitando mi voluntad de vivir.

Pero la luna retiene el océano con su fuerza
Protegiéndome de la oscuridad de mi mente.
En lugar de excluirse por mis pecados
Me ama por mis defectos.

El universo abre sus brazos para darme un hogar
Dando me un santuario para escapar todo el dolor.
Aunque quiero perderme en la nada del espacio
Debo vivir en el mundo en el que pasado se enamoró.

Estrellas y galaxias que brillan en la oscuridad
Me dan razon para seguir viviendo en este cruel mundo.



© Sofia Villagrana 2018
Inspired by the anime and manga Houseki no Kuni. Part 3 (and last part) of the collection Memorias Fragmentados.
Emmanuel May 7
Ser un robot resolvería todo.
No tendría miedo.
No me asustaría de mi futuro tan incierto,
que se vuelve más errático con cada minuto que paso a tu lado.
Por un segundo, imagino una vida contigo sin temores…
y de repente, ya no estás.

Tengo miedo.
¿Soy débil por darte el arma cargada, esperando que no la uses contra mí?
Porque eso es el amor que te tengo:
cruzaría un puente tambaleante a ciegas
con la esperanza de encontrarte al final.
Me vuelvo un castillo de arena,
y con tu más fino toque,
puedes derrumbarme si así lo deseas.

Me da miedo,
porque si tú te vas, lloverá.
Y sin ti a mi lado,
los truenos lastiman aún más.

¿Miedo? ¿A qué?
Al efímero presente que me deja expuesto ante el pasado,
y enciende la llama de la incertidumbre que aguarda a mi futuro.
Pues sí, me aterra la idea
de que, aún esperándote una vida entera,
no sea suficiente para que me des la oportunidad
de intentar enamorarte una vez más.

Podrías incendiar nuestro mundo,
y yo me quedaría…
solo por ti.
A veces tenemos más miedo de las sombras del pasado que de la incertidumbre del futuro.
Nayah May 10
Hoy me faltó algo
No el aire, no el sol,
no el ruido del mundo.
Me faltaste tú.
Y eso hizo que todo lo demás
sonara hueco.

Hay un tipo de tristeza
que no llora,
que simplemente se instala
como humedad en las paredes,
como polvo que ya no se limpia
porque no hay fuerzas.

Me gustaría que alguien lo notara.
Que alguien dijera:
“¿Te pasa algo?”
sin saber qué,
pero sabiendo que algo se rompió.

Porque yo siento tu ausencia
como se siente el humo:
sin verlo al principio,
pero ardiendo por dentro.

Y no sé cómo amar a medias.
No tengo filtros,
no tengo pausas,
ni esa elegancia del desapego.
Amo con el pecho abierto,
con la garganta hecha nudo,
con todo lo que me deja expuesto.

Y mientras no estás,
me hundo.
No de golpe, no trágico.
Me hundo lento.
Como quien se duerme
debajo del agua.

03/05/25

— The End —