Mis versos nacen de la melancolía y la nostalgia; me deleito en la tragedia y la lírica, en ese lugar donde el dolor se vuelve belleza y la tristeza se viste de palabras. Amo el café que humea en la madrugada, el vino que acompaña mis desvelos y los gatos, esas pequeñas bestias domésticas, silenciosas, que observan mis pensamientos más íntimos.
En cada poema intento capturar lo efímero, lo profundo, lo que duele y lo que embellece la vida.
Mis letras son un reflejo de mi alma: vulnerable, curiosa y eternamente buscando sentido en la fugacidad del tiempo.
J. Felix