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Jesus Sep 10
Cuando las agujas del reloj
son implacables,
y el tiempo se revela
como un tesoro...

¡Una oportunidad fugaz
que no debemos desaprovechar!


Cada día que pasa
es un milagro,
y una oportunidad.


Cada avance en nosotros
mismos, nuestra conexión
con el mundo, y
con los demás...

esculpe, moldea, y expande, el
camino por conquistar.


Más allá de la visión
estrecha del mundo, más allá
del "creo ser":

¡Más allá del yo!

Cada pensamiento y
cada acto,
teje el destino en
un ciclo infinito...

Iluminando por ello, o
ensombreciendo, el
camino por andar.

Un viaje transformador,
un salto hacia
la expansión de la percepción,
rompiendo las cadenas del ego...

traspasando los límites de la
identidad individual.

Cada impulso, cada avance
desbloquea nuevas dimensiones
del entendimiento...

acercándonos al infinito
sin retorno ni marcha atrás.

El tiempo, pasa de ser
el verdugo repetitivo,
a convertirse
en el portal...

pues en cada
instante habita la eternidad.

Más allá de la visión
estrecha del mundo,
más allá del "creo ser",
más allá de uno mismo:

¡Más allá del yo!

¿O no?
Jesus Sep 10
Inspirado en la imagen
creada por el músico
Pablo Carlos Budassi, desde aquí mi agradecimiento.

Que muestra el universo
observable en un solo disco,
combinando mapas
logarítmicos de Princeton
con imágenes de la NASA.

En su centro, el
sistema solar;
alrededor, la Vía Láctea,
galaxias cercanas,
la radiación cósmica
de fondo y, en el límite,
el plasma del Big Bang.

Dicho esto, hogar.

Desde que descubrió
su lugar en este mundo,
no ha dejado de mirar
a las estrellas...

intentando entender
su misterio.

Lo curioso es que
ya lo hacía desde muy niño,
sin saber para qué.

Cuando comprendes
que el universo es un
ser vivo,
y que cada planeta,
luna, estrella, galaxia,
energía, materia,
espacio y tiempo...


son parte de su cuerpo, entonces, también comprendes
cuál es tu verdadero hogar:

Más allá del planeta,
de ti mismo,
de tu vida
y de la propia muerte.

Como cuando vas caminando
por el bosque en una noche estrellada,
y te das cuenta...

de la inmensidad del todo.

O cuando reflexionas
sobre el proceso vida-muerte,
y entiendes que lo
importante, no es ese proceso en sí mismo...

¡sino el viaje!

Al profundizar,
explorar y percibir
más allá de lo visible...

con cada capa que se descubre,
un nuevo horizonte
se abre en tu ser.

Así, más semillas que
plantar, nuevos caminos  por descubrir,
más montañas que escalar:

¡Y más estrellas que observar!
Jesus Sep 9
Mientras el sol despliega
su velo, cediendo su trono
a la luna,
rodeado de árboles,
silencio, misterio,
incógnitas y posibles
hallazgos...

El inconformista.

Como una hormiga en su
viaje interminable,
dentro de un laberinto,
en busca de azúcar...

¡azúcar que se llama
eternidad!

Ante la inmensidad del
universo y la profundidad
infinita del mar...

vive su vida el que
siempre
quiere saber más.



Sabiendo que muy lejos
no va a llegar,
sigue firme,
seguro de sí mismo,
procurando avanzar:

más conocimiento,
más claridad.

Pues al final,
poco siempre es algo,
y siempre pide más.

Sin ceder, sin cansarse,
sin rendirse.
¡Siempre a por más!

Dentro de un laberinto
de preguntas y respuestas,
en busca de azúcar:
que enriquezca la percepción,
aclare y ahonde
el paladar.



Pues el misterio e incógnitas
que rodean al propio
proceso vida-muerte,
exigen más...

siempre más profundidad.

En la interacción del
universo, ninguna estrella
brilla por sí sola.
Todo está conectado;
la vida no es otra
cosa que interacción.

¿Entonces?

¿Pensar que la muerte
es el fin?
¿O es el camino a lo divino?
¿Conduce a la nada?...

Es como pretender bañarse
con agua en la arena
del Kalahari.

Como una hormiga dentro
de un laberinto,
en busca de azúcar:

¡la eternidad!

¿Es real lo que estamos
viviendo?
¿Somos parte de un juego
o experimento de una
civilización superior?

¿Una especie de prueba?
¿Somos quienes pensamos ser?
¿Estamos realmente vivos?

Pasarse por la vida sin
hacerse preguntas,
es como caminar por un
bosque con auriculares,
dejándose llevar por
la corriente...

sin saber por qué.

Y caminar por un bosque
con auriculares,
es como querer
tomar un café solo,
sin agua...

y convencerse de
que tiene azúcar.

¿O acaso no?
Jesus Sep 9
Cuando todo se pone del revés,
y nada sale bien,
cuando la penumbra es
la dueña del presente.

Y te sientes como un
halcón peregrino...

con ganas de lanzarte
al vacío.

Cuando no queda ni un
resquicio de luz,
en un día soleado...

ni siquiera entre las persianas.

Cuando habita el decaimiento,
la sinsazón y la desgana.

Cuando solo quieres dormir
para desaparecer...

pero ni siquiera eso
puedes hacer.

Cuando no encuentras ningún
motivo para seguir,
y todo dentro de ti
está nublado,
sin ganas...

es el momento perfecto
para dejarte ir.

No para huir,
ni para rendirte,
sino para soltar lo que pesa
y dejar que todo pase.

Es momento para aceptar
ese dolor,
apatía y hundimiento;
es momento para volver
a levantarse y dejar marchar:

Tu propia melancolía.

Desde que comprendió el
sentido de la melancolía,
dejó de habitarla...

Había aprendido a ser libre.
Jesus Sep 9
Como luz del océano,
que llega hasta la orilla,
bajo el fuego del alma,
no se pierde en la noche.

Tú que vives creyendo,
y esa luz que te guía,
alumbra tu caminar,
y tu motivo es avanzar.

Con la luz del corazón,
sin filtros ni con maldad,
con lucha y fuerza vital,
amas siempre de verdad.

Persigue tu sueño,
sin pausa ni tregua,
sigue tu reflejo
y ve siempre a por más.

Si al ocaso de la noche,
o en días tenebrosos,
cuando la fuerza flaquea,
mira siempre al interior.

Quien sabe levantarse,
con alma y sinceridad,
quien nunca se rinde,
y ama de verdad.

Sé siempre tú mismo,
sin mirar a los demás,
firme, recto y seguro,
y así siempre a por más.

Si ante tiempos oscuros,
te aferras al interior,
destierras todo el dolor,
y te guías por la claridad.

Siempre viva será tu luz,
y tu esencia de bondad,
sin dar pasos en falso,
ni miradas hacia atrás.

Tu don es ser tal cual,
y tu brillo inmortal,
nunca apagues tu verdad,
respetando a los demás.

Como luz del océano,
que llega hasta la orilla,
tu ser nunca se apaga,
tu amor siempre es vital.

¡Nunca apagues tu verdad!
¡Nunca apagues tu verdad!
Jesus Sep 8
Mientras la mente,
el cuerpo y el alma,
se fusionan con el entorno,
como si de él formasen parte...

El arte del vivir.

Porque vivir no es esperar,
es un camino de rosas
y espinas...

de experiencia y aceptación.


Es un milagro y una
oportunidad,
un río, que a veces
fluye revuelto...

y otras calmado.

Un regalo del tiempo,
una ocasión para evolucionar,
una oportunidad para
crear una y otra vez...

¡Tu mejor versión!.

Porque la verdadera paz
no se compra,
no se ingiere ni
se obtiene de afuera...

nace de la armonía entre
la mente y el interior.

Sin la necesidad
de ningún cielo,
de haber muerto
o de un descanso eterno.

Cuanto más tranquilo estés,
más bajarán tus pulsaciones,
más sentirás tu propia energía,
más paz interior alcanzarás...

y más en el paraíso
de aquí en la Tierra
te encontrarás.

Mediante el ejercicio
de la observación,
la autorreflexión y la introspección,
sin alteración ni distorsión,
interna o mental...

haciendo de la existencia
un auténtico arte.

Cuanto más calma haya
en tu mente, más profundizarás
en ti mismo,
más te acercarás al
silencio...

y más te unirás a tu
propia esencia espiritual.

Porque vivir no es esperar,
es un camino de rosas
y espinas,
de experiencia y aceptación...

es un regalo del tiempo,
un milagro y una oportunidad.


Que nos brinda la ocasión,
de hacer de nuestra
propia existencia arte,
y de este un auténtico lujo:

¡Viva el arte del vivir!
Jesus Sep 8
Viviendo cada momento
como único,
exprimiéndolo al máximo...

como se exprime
el zumo de una naranja,
con plena lucidez.

Despierto y consciente
de ser parte activo de un
universo en su propia
expansión...

algo claro, evidente
y en plena acción
o sepa uno o no.


Viviendo el día a día,
sin nubes o niebla
por las ataduras del pasado,
expectativas, o
ansiedades por un futuro
inexistente.

Agradeciendo el regalo
de la salud
y la oportunidad que solo
otorga el presente:


Lo único tiempo que
realmente existe.

A cada paso que das
cada aliento que tomas
cada movimiento de
cada célula, y cada latido
de tu corazón, todo presente:

¡Fluyendo sobre la marcha,
todo se torna diferente!
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