Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
Umi  Apr 2018
Maestra
Umi Apr 2018
The gentle tone of her teaching,
In wonderous melodies, orchestral knowledge from a sweet teacher,
Education set by the awareness of harmonizing, delicate instruments,
Wisdom and foresight, cast by no other judgement but of a conductor,
Whomst hand leads to the ups and downs of the intensity, recognised
Ensembling in the beauty of a sinfonietta, sounds flows uninterrupted
Let the singing pendulum to your mistress's pleasure fall to the bottom, attached to the chipped illusionists mask of anticipation!
To this dance the mascarade does not crack in the shadow of sound,
A wise scholar would not sacrifice one topic relevant to learn to the passing time, to her students unfortune that is, cast in pure grief,
A wise conductor does the same with musical notes, the story flows,
With the moon high in the sky, time stands in her way, questioning her to dance with the devil amongst a distorted, whicked dark,
But resillient to the end, tough and with no distraction taking her focus the director of this event finishes the creation of art, an orchestra
A craftwoman of tempo and elegance always stands out after all, bringing the musical score to life.

~ Umi
King's Class May 2015
Mi maestra es espectacular.
Aprendio espanol por
mi porque no la iva entender
ni ella ami.Para mi a sido muy dificil
aver aprendido ingles.Y ella es todo lo
contrario.Imaginense si o no es dificil aprender
ingles y saber spanol al mismo
tiempo y lo se porque yo estoy
sufriendo eso.
Miento cual sufrir para mi
es lo mejor que me aiga pasado en mi vida.
Por eso aprecio tanto a mi maestra porque
es la mejor en el mundo.
GRACIAS POR SER LA MEJOR MAESTRA DEL MUNDO. (:
Saffo, antica maestra e disperata
portatrice d'amore,
Saffo di viole incoronata e altera
rendimi sciolta e in volo poi che accolga
la tua grande parentesi nel cuore.
Le mie notti deserte io le conosco
già dai tuoi grandi, morbidi giacigli
ove amore avventava alle tue labbra
mirra e miele. Anche io non sono sazia
come tu fosti ma mi aggiro eterna
dentro anime aperte ad ogni lutto.
Anche io ** l'amor mio che mi disdegna,
Saffo mia grande e inutile maestra
perché mi lasci e impoverisci il seno
delle tue offerte? Giacerò infeconda
anche stanotte e intorno a me i costanti
fedelissimi aspetti
di cupido apriranno dentro l'ali
rapidissimi inviti cui rifuggo
rimpiangendo e scoperta e innamorata.
Saffo rendimi pura e innominata
Come le parole, ove non cada
lacrima e tempo, ove non misuri
religione i suoi passi, ch'io non crolli
come crollasti tu dalle tue rupi...
kingjay Feb 2019
Ito ba'y sa tingin ng miyopia na sandangkal ang layo, gusto na kabigin?
Pananaw na malabo, di malirip?

O himig na kaagaw-agaw pandinig
Musika sa katahimikang pandaigdig
na lumilikha ng espasyo sa katotohanang di ibig?

Paraan ng pagdarama sa mga bagay na umiiba?
Pagkaganyak sa karaniwang obra maestra?

Isang sulyap sa ningning ng maririkit na bituin
na mapangrahuyo sa mga mata?

Panggagaway sa sangkatauhan
na walang makapag-aalis
Payak subalit gumaganap nang paulit-ulit?

Ito ba'y tumatawid sa dakong paglubog tungo sa pagsikat ng araw
hilaga hanggang timog?

Gumagabay sa paglikha ng sining
ng mga pantas at pintor
na inspirasyon ang guhit?

Tumatalunton sa kinabukasan,
lumalakbay sa kawalan hanggan
tila mas matayog pa sa pag-asa?

Ito ba ang matamis na kabiguan
na ninais maranasan?
Ginawang bagay na di alam ang kahihinatnan?

O piling mga salita na nasnaw sa bibig,
bulong sa hangin ng makatang nagtitiis?

Kumukurap na liwanag sa karimlan
na kung pagmasdan parang mamatay datapwat di kailanman naglalaho?

Saglit na galak tulad ng mga nasa yaong pagdiriwang
mapagbunyi ngunit di mapagmataas?
joycewrites Jul 2016
Hayaan mo akong gawin kang obra—
Ipipinta kita gamit ang mga kulay ng pagmamahal na sinayang niya.

Hayaan mo akong gawin kang obra—
Kung saan ang pangalan mo'y mamumuhay sa bawat tulang isusulat ko tungkol sa pagibig, sinta.

Hayaan mo akong gawin kang obra—
Iguguhit kita gamit ang mga kamay kong kailanma'y hindi nakalimot sa mga haplos mo, pangga.

Hayaan mo akong gawin kang obra—
Ipagdidikit natin ang mga pirasong sinira ng nakaraan.
Pangako, mahal, 'di ka na mawawasak muli kailanman.

Hayaan mo akong gawin kang obra -
Dahil mahal, hindi mo man nakikita, isa kang tunay na obra maestra.
Hayaan **** ito sa'yo ay aking ipadama,

Hayaan mo akong gawin kang obra.
(c) 2016 - Mary Joyce Tibajia
From A Heart Oct 2015
Ngunit hindi ko maalis sa aking isip
ang katotohanan na ika'y umiiyak ng obra maestra,
At ako'y napupuwing lamang.

Gusto kita.

Ngunit paulit-ulit na pinapaalala sa akin ng utak ko
na ikaw ang malayang kalawakan,
At ako'y karagatan na may hangganan.

Gusto kita.

Ngunit tayo'y magkaiba ng mundo.
Tanawin mo ang mga planeta ng imahinasyon mo,
At akin naman ang bulalakaw dito sa lupa.

Gusto kita.

Ngunit patawad.
Natatakot ang aking puso na walang paraan
para magsama ang Hilaga't Timog.
El césped. Desde la tribuna es un tapete verde. Liso, regular,
aterciopelado, estimulante. Desde la tribuna quizá crean que,
con semejante alfombra, es imposible errar un gol y mucho menos errar
un pase. Los jugadores corren como sobre patines o como figuras de
ballet. Quien es derrumbado cae seguramente sobre un colchón de
plumas, y si se toma, doliéndose, un tobillo, es porque el gesto
forma parte de una pantomima mayor. Además, cobran mucho dinero
simplemente por divertirse, por abrazarse y treparse unos sobre otros
cuando el que queda bajo ese sudoroso conglomerado hizo el gol
decisivo. O no decisivo, es lo mismo. Lo bueno es treparse unos sobre
otros mientras los rivales regresan a sus puestos, taciturnos, amargos,
cabizbajos, cada uno con su barata soledad a cuestas. Desde la tribuna
es tan disfrutable el racimo humano de los vencedores como el drama
particular de cada vencido. Por supuesto, ciertos avispados
espectadores siempre saben cómo hacer la jugada maestra y no
acaban de explicarse, y sobre todo de explicarlo a sus vecinos, por
qué este o aquel jugador no logra hacerla. Y cuando el
árbitro sanciona el penal, el espectador avispado también
intuye hacia qué lado irá el tiro, y un segundo
después, cuando el balón brinca ya en las redes, no
alcanza a comprender cómo el golero no lo supo. O acaso
sí lo supo y con toda deliberación se arrojó al
otro palo, en un alarde de masoquismo o venalidad o estupidez
congénita. Desde la tribuna es tan fácil. Se conoce la
historia y la prehistoria. O sea que se poseen elementos suficientes
como para comparar la inexpugnable eficacia de aquel zaguero
olímpico con la torpeza del patadura actual, que no acierta
nunca y es esquivado una y mil veces. Recuerdo borroso de una
época en que había un centre-half y un centre-forward,
cada uno bien plantado en su comarca propia y capaz de distribuir el
juego en serio y no jugando a jugar, como ahora, ¿no? El
espectador veterano sabe que cuando el fútbol se
convirtió en balompié y la ball en pelota y el dribbling
en finta y el centre-half en volante y el centre-forward en alma en
pena, todo se vino abajo y ésa es la explicación de que
muchos lleven al estadio sus radios a transistores, ya que al menos
quienes relatan el partido ponen un poco de emoción en las
estupendas jugadas que imaginan. Bueno, para eso les pagan,
¿verdad? Para imaginar estupendas jugadas y está bien.
Por eso, cuando alguien ha hecho un gol y después de los abrazos
y pirámides humanas el juego se reanuda, el locutor
idóneo sigue colgado de la "o" de su gooooooool, que en realidad
es una jugada suya, subjetiva, personal, y no exactamente del delantero
que se limitó a empujar con la frente un centro que, entre todas
las otras, eligió su cabeza. Y cuando el locutor idóneo
llega por fin al desenlace de la "ele" final de su gooooooool privado,
ya el árbitro ha señalado un orsai que favorece,
¿por qué no?, al locatario.

Es bueno contemplar alguna vez la cancha desde aquí, desde lo
alto. Así al menos piensa Benjamín Ferrés,
veintitrés años, digamos delantero de un Club Chico,
alguien últimamente en alza según los cronistas
deportivos más estrictos, y que hoy, después de empatarle
al Club Grande y ducharse y cambiarse, no se fue del estadio con el
resto del equipo y prefirió quedarse a mirar, desde la tribuna
ya vacía (sólo quedan los cafeteros y heladeros y
vendedores de banderitas, que recogen sus bártulos o tal vez
hacen cuentas) aquel campo en el que estuvo corriendo durante noventa
minutos e incluso convirtió uno, el segundo, de los dos goles
que le otorgan al Club Chico eso que suele llamarse un punto de oro.
Sí, desde aquí arriba el césped es una alfombra,
casi un paño verde como el del casino, con la importante
diferencia de que allá los números son fijos,
permanentes, y aquí (él, por ejemplo, es el ocho) cambian
constantemente de lugar y además se repiten. A lo mejor con el
flaco Suárez (que lleva el once prendido en la espalda)
podrían ser una de las parejas negras. O no. Porque de ambos,
sólo el Flaco es oscurito.

Ahora se levanta un viento arisco y las gradas de cemento son
recorridas por vasos de plástico, hojas de diario, talones de
entradas, almohadillas, pelotas de papel. Remolinos casi fantasmales
dan la falsa impresión de que las gradas se mueven, giran,
bailotean, se sacuden por fin el sol de la tarde. Hay papeles que suben
las escaleras y otros que se precipitan al vacío. A
Benjamín (Benja, para la hinchada) le sube una bocanada de
desconsuelo, de extraña ansiedad al enfrentarse, ¿por
primera vez?, con la quimera de cemento en estado de pureza (o de
basura, que es casi lo mismo) y se le ocurre que el estadio
vacío, desolado, es como un esqueleto de multitud, un eco
fantasmal de esa misma muchedumbre cuando ruge o aplaude o insulta o
agita banderas. Se pregunta cómo se habrá visto su gol
desde aquí, desde esta tribuna generalmente ocupada por las
huestes del adversario. Para los de abajo en la tabla, el estadio
siempre es enemigo: miles y miles de voces que los acosan, los
persiguen, los hunden, porque generalmente el que juega aquí, el
permanente locatario, es uno de los Grandes, y los de abajo sólo
van al estadio cuando les toca enfrentarlos, y en esas ocasiones apenas
si acarrean, en el mejor de los casos, algunos cientos de
fanáticos del barrio, que, aunque se desgañitan y agitan
como locos su única y gastada bandera, en realidad no cuentan,
es imposible que tapen, desde su islote de alaridos, el gran rugido de
la hinchada mayor. Desde abajo se sabe que existen, claro, y eso es
bueno, y de vez en cuando, cuando se suspende el juego por
lesión o por cambio de jugadores, los del Club Chico van con la
mirada al encuentro de aquel rinconcito de tribuna donde su bandera
hace guiños en clave, señales secretas como las del
truco. Y ésta es la mejor anfetamina, porque los llena de
saludable euforia y además no aparece en los controles
antidopping.

Hoy empataron, no está mal, se dice Benja, el número
ocho. Y está mejor porque todos sus huesos están enteros,
a pesar de la alevosa zancadilla (esquivada sólo por
intuición) que le dedicaran en el toletole previo al primer gol,
dos segundos antes de que el Colorado empujara nuevamente la globa con
el empeine y la colocara, inalcanzable, junto al poste izquierdo.
Después de todo, la playa es mía. Desde hace quince
años la vengo adquiriendo en pequeñas cuotas. Cuotas de
sol y dunas. Todos esos prójimos, prójimas y projimitos
que se ven tendidos sobre las rocas o bajo las sombrillas o corriendo
tras una pelota de engañapichanga o jugando a la paleta en una
cancha marcada en la arena con líneas que al rato se borran,
todos esos otros, están en la playa gracias a que yo les permito
estar. Porque la playa es mía. Mío el horizonte con
toninas remotas y tres barquitos a vela. Míos los peces que
extraen mis pescadores con mis redes antiguas, remendadas. El aire
salitroso y los castillos de arena y las aguas vivas y las algas que ha
traído la penúltima ola. Todo es mío.
¿Qué sería de mí, el número ocho,
sin estas mañanas en que la playa me convence de que soy libre,
de que puedo abrazar esta roca, que es mi roca mujer o tal vez mi roca
madre, y estirarme sin otros límites que mi propio límite
o hasta que siento las tenazas del cangrejo barcino sobre mi dedo
gordo? Aquí soy número ocho sin llevarlo en la espalda.
Soy número ocho sencillamente porque es mi identidad. Un cura o
un teniente o un payaso no necesitan vestir sotana o uniforme o traje
de colores para ser cura o teniente o payaso. Soy número ocho
aunque no lo lleve dibujado en el lomo y aunque ningún botija se
arrime a pedirme autógrafos, porque sólo se piden
autógrafos a los de los Clubes Grandes. Y creo que siempre
seré de Club Chico, porque me gusta amargarles la fiesta, no a
los jugadores que después de todo son como nosotros, sólo
que con más suerte y más guita, ni siquiera a la hinchada
grande por más que nos insulte cuando hacemos un fau y festeje
ruidosamente cuando el otro nos propina un hachazo en la canilla. Me
gusta arruinarles la fiesta, sobre todo a los dirigentes, esos
industriales bien instalados en su cochazo, en su piso de la Rambla y
en su mondongo, señores cuya gimnasia sabatina o dominical
consiste en sentarse muy orondos, arriba en el palco oficial, y desde
ahí ver cómo allá abajo nos reventamos, nos
odiamos, nos derretimos en sudores, y cuando sus jugadores ganan,
condescienden a llegar al vestuario y a darles una palmadita en el
hombro, disimulando apenas el asco que les provoca aquella piel
todavía sudada, y en cambio, cuando sus jugadores pierden, se
van entonces directamente a su casa, esta vez por supuesto sin ocultar
el asco. En verdad, en verdad os digo que yo ignoro si hacen eso, pero
me lo imagino. Es decir, tengo que imaginarlo así, porque una
cosa son las instrucciones del entrenador, que por supuesto trato de
cumplir si no son demasiado absurdas, y otra cosa son las instrucciones
que yo me doy, verbigracia vamo vamo número ocho hay que aguarle
la fiesta a ese presidente cogotudo, jactancioso y mezquino, que viene
al estadio con sus tres o cuatro nenes que desde ya tienen caritas de
futuros presidentes cogotudos. Bueno, no sé ni siquiera si tiene
hijos, pero tengo que imaginarlo así porque soy el número
ocho, insustituible titular de un Club Chico y, ya que cobro poco,
tengo que inventarme recompensas compensatorias y de esas recompensas
inventadas la mejor es la posibilidad de aguarle la fiesta al cogotudo
presidente del Grande, a fin de que el lunes, cuando concurra a su
Banco o a su banca, pase también su vergüenza rica, su
vergüenza suntuosa, así como nosotros, los que andamos en
la segunda mitad de la tabla, sufrimos, cuando perdemos, nuestra
vergüenza pobre. Pero, claro, no es lo mismo, porque los Grandes
siempre tienen la obligación de ganar, y los Chicos, en cambio,
sólo tenemos la obligación de perder lo menos posible. Y
cuando no ganamos y volvemos al barrio, la gente no nos mira con
menosprecio sino con tristeza solidaria, en tanto que al presidente
cogotudo, cuando vuelve el lunes a su Banco o a su banca, la gente, si
bien a veces se atreve a decirle qué barbaridad doctor porque
ustedes merecieron ganar y además por varios goles, en realidad
está pensando te jodieron doctor qué salsa les dieron
esos petizos. Por eso a mí no me importa ser número ocho
titular y que no me pidan autógrafos aquí en la playa ni
en el cine ni en Dieciocho. Los partidos no se ganan con
autógrafos. Se ganan con goles y ésos los sé
hacer. Por ahora al menos. También es un consuelo que la playa
sea mía, y como mía pueda recorrerla descalzo, casi
desnudo, sintiendo el sol en la espalda y la brisa en los ojos, o
tendiéndome en las rocas pero de cara al mar, consciente de que
atrás dejo la ciudad que me espía o me protege,
según las horas y según mi ánimo, y adelante
está esa llanura líquida, infinita, que me lame, me
salpica, a veces me da vértigo y otras veces me brinda una
insólita paz, un extraño sosiego, tan extraño que
a veces me hace olvidar que soy número ocho.
Alejandra. Lo extraño había sido que Benja conociera sus
manos antes que su rostro, o mejor aún, que se enamorara de sus
manos antes que de su rostro. Él regresaba de San Pablo en un
vuelo de Pluna. El equipo se había trasladado para jugar dos
amistosos fuera de temporada, pero Benja sólo había
participado en el primero porque en una jugada tonta había
caído mal y el desgarramiento iba a necesitar por lo menos cinco
días de cuidado, así que el preparador físico
decidió mandarlo a Montevideo para que allí lo atendieran
mejor. De modo que volvía solo. A la media hora de vuelo se
levantó para ir al baño y cuando regresaba a su sitio
tuvo la impresión de ser mirado pero él no miró.
Simplemente se sentó y reinició la lectura de Agatha
Christie, que le proponía un enigma afilado, bienhumorado y
sutil como todos los suyos.

De pronto percibió que algo singular estaba ocurriendo. En el
respaldo que estaba frente a él apareció una mano de
mujer. Era una mano delgada, de dedos largos y finos, con uñas
cuidadas pero sin color. Una mano expresiva, o quizá que
expresaba algo, pero qué. A los dos o tres minutos hizo
irrupción la otra mano, que era complementaria pero no igual.
Cada mano tenía su carácter, aunque sin duda
compartían una inquietante identidad. Benja no pudo continuar su
lectura. Adiós enigma y adiós Agatha. Las manos se
movían con sobriedad, se rozaban a veces. Él
imaginó que lo llamaban sin llamarlo, que le contaban una
historia, que le ofrecían respuestas a interrogantes que
aún no había formulado; en fin, que querían ser
asidas. Y lo más preocupante era que él también
quería asirlas, con todos los riesgos que un acto así
podía implicar, verbigracia que la dueña de aquellas
manos llamara inmediatamente a la azafata, o se levantara, enfrentada a
su descaro, y le propinara una espléndida bofetada, con toda la
vergüenza, adicional y pública, que semejante castigo
podía provocar. Hasta llegó a concebir, como un destello,
un título, a sólo dos columnas (porque era número
ocho, pero sólo de un Club Chico): conocido futbolista uruguayo
abofeteado en pleno vuelo por dama que se defiende de agresión
******.

Y sin embargo las manos hablaban. Sutiles, seductoras,
finísimas, dialogaban uña a uña, yema a yema, como
creando una espera, construyendo una expectativa. Y cuando fue ordenado
el ajuste de los cinturones de seguridad, desaparecieron para cumplir
la orden, pero de inmediato volvieron a poblar el respaldo y con ello a
convocar la ansiedad del número ocho, que por fin decidió
jugarse el todo por el todo y asumir el riesgo del ridículo, el
escándalo y el titular a dos columnas que acabaran con su
carrera deportiva. De modo que, tomada la difícil
decisión y tras ajustarse también él el
cinturón, avanzó su propia mano hacia los dedos
cautivantes, que en aquel preciso momento estaban juntos. Notó
un leve temblor, pero las manos no se replegaron. La suya
prolongó aquel extraño contacto por unos segundos, luego
se retiró. Sólo entonces las otras manos desaparecieron,
pero no pasó nada. No hubo llamada a la azafata ni bofetada.
Él respiró y quedó a la espera. Cuando el
avión comenzaba el descenso, una de las manos apareció de
nuevo y traía un papel, más bien un papelito, doblado en
dos. Benja lo recogió y lo abrió lentamente. Conteniendo
la respiración, leyó: 912437.

Se sintió eufórico, casi como cuando hacía un gol
sobre la hora y la hinchada del barrio vitoreaba su nombre y él
alzaba discretamente un brazo, nada más que para comunicar que
recibía y apreciaba aquel apoyo colectivo, aquel afecto, pero
los compañeros sabían que a él no le gustaba toda
esa parafernalia de abrazos, besos y palmaditas en el trasero, algo que
se había vuelto habitual en todas las canchas del mundo.
Así que cuando metía un gol sólo le tocaban un
brazo o le hacían desde lejos un gesto solidario. Pero ahora,
con aquel prometedor 912437 en el bolsillo, descendió del
avión como de un podio olímpico y diez minutos
después pudo mirar discretamente hacia la dueña de las
manos, que en ese instante abría su valija frente al funcionario
aduanero, y Benja comprobó que el rostro no desmerecía la
belleza y la seducción de las manos que lo habían enamorado.
Benja y Martín se encontraron como siempre en la pizzería
del sordo Bellini. Desde que ambos integraran el cuadrito juvenil de La
Estrella habían cultivado una amistad a prueba de balas y
también de codazos y zancadillas. Benja jugaba entonces de
zaguero y sin embargo había terminado en número ocho.
Martín, que en la adolescencia fuera puntero derecho, más
tarde (a raíz de una sustitución de emergencia, tras
lesiones sucesivas y en el mismo partido del golero titular y del
suplente) se había afincado y afirmado en el arco y hoy era uno
de los guardametas más cotizados y confiables de Primera A.

El sordo Bellini disfrutaba plenamente con la presencia de los dos
futbolistas. Él, que normalmente no atendía las mesas
sino que se instalaba en la caja con su gorra de capitán de
barco, cuando Martín y Benja aparecían, solos o
acompañados, de inmediato se arrimaba solícito a dejarles
el menú, a recoger los pedidos, a recomendarles tal o cual plato
y sobre todo a comentar las jugadas más notables o más
polémicas del último domingo.

Era algo así como el fan particular de Benja y Martín y
su caballito de batalla era hacerles bromas c
Bailey B  Oct 2010
La Llorona
Bailey B Oct 2010
i wonder




if someone else called you

to tell them a story

because the nightmares wouldn't cut their ropes,

would you kick your heels

upon your desk and spin

a tale as long as the night itself

until they fell asleep?



"a beautiful red-haired princess

lived in a land

far far away

but she was so amazing

that the prince would scale

the highest of the mountainsides

to see her"



you were always writing me

into fairytales

and sometimes they helped

fight the darkness



did I ever tell you about those nightmares?

how I heard an old Chicano folktale

about La Llorona

and how she came to me in a dream

weeping and screeching

and clawing at her eyes

and shrieking "Ayudame!"

through the tangle of the black woods in front of me

twisting riddles through my slumber.



do you know that

sometimes during barre stretch,

when we shoot our legs skyward,

or when i'm filing college interviews

your smile-laugh ripples

through my ears

and I grit my teeth

through peppermint pain

and try to drown it out?



did I ever tell you

when I got the phrases

"La Llorona"y "la rana"

scrambled up in my brain?

La maestra told us we would be

leyendo un cuento

sobre la rana

en the pond

and I thought she meant a story of

La Llorona

the wailing woman

maestro of a symphony of screams

and my heart stopped working

and I told her, "No puedo, I can't."

and she said, "Silly girl, la rana es 'the frog'."

and laughed.



do you remember when

they took me to a grave

and you told me about cancer

and how you thought that you'd die young?

you said it

so calmly

as if the dead around you

were offering up their Easter lilies

as a bridal bouquet

to be tossed to a lucky relative

and i just looked at you

with sea-glass eyes

and you kissed me

as the tears spilled over

into silent rivers

down my cheeks



i wonder

if sometimes

when you listen closely

you can hear the bottle-sculptures'

mouths lisping with the wind

or la rana

croaking in the pond

and smile-laughing right along with you

at me.



if the story has a different beginning now

or a middle

or an end



or if you've written me out entirely

or maybe just changed my fate



"a beautiful red-haired princess

was punished for her vanity

and doomed to wander and wail

for all of eternity

for she had done wrong."



and am I La Llarona,

the weeping woman?

because that's all I ever

seemed to do

The dreams are gone now

or, rather, the nightmares

but there are some things

more haunting in reality.



i wonder if she hears

the coded tick-tock

of the static

or the shrill cries

of tortured souls

forever searching

forever lost



i wonder

if you love her

more than me.
AL Marasigan Aug 2017
Sa bawat araw na lumilipas,

palaging inaasam ng puso

ang bawat salitang malumanay **** binibigkas,

bawat galaw **** nagbibigay tono sa uniberso,

bawat tinging nagpapahinto ng oras,

bawat ngiting nagbibigay kulay sa mundo.

At sa bawat bukas na sinusundan ang mga kumpas,

palaging isang Obra Maestrang Ikaw nakikita ko.
Nagawa ito nung mga oras na naiisip ko siya.
Copyrights Reserved.
Saffo, antica maestra e disperata
portatrice d'amore,
Saffo di viole incoronata e altera
rendimi sciolta e in volo poi che accolga
la tua grande parentesi nel cuore.
Le mie notti deserte io le conosco
già dai tuoi grandi, morbidi giacigli
ove amore avventava alle tue labbra
mirra e miele. Anche io non sono sazia
come tu fosti ma mi aggiro eterna
dentro anime aperte ad ogni lutto.
Anche io ** l'amor mio che mi disdegna,
Saffo mia grande e inutile maestra
perché mi lasci e impoverisci il seno
delle tue offerte? Giacerò infeconda
anche stanotte e intorno a me i costanti
fedelissimi aspetti
di cupido apriranno dentro l'ali
rapidissimi inviti cui rifuggo
rimpiangendo e scoperta e innamorata.
Saffo rendimi pura e innominata
Come le parole, ove non cada
lacrima e tempo, ove non misuri
religione i suoi passi, ch'io non crolli
come crollasti tu dalle tue rupi...
Jo Organiza Feb 2020
O Titser! My Titser!

Dughan kong naglatagaw sa tibuok adlaw
nahibalik sa paglantaw sa agtang **** hayag kaayo musinaw,
Ug sa dihang nisulod kas eskwelahan, ikaw ra gayod ang nag inusarang kahayag na akong nakit-an.
Pangalan mo palang, mupitik na'g kadali ang akong dughan.
Kung gali magleksyon ka dira sa atubangan, sa'kong hunahuna, hagbay na tikang gipakaslan.

O Titser! My Titser!
Pinalangga kong katingalahang maestra
Hangtud kunus-a paman ko maghulat
na ikaw gayod ma-akoa?

Tagda ning kasingkasing sa usa ka magbabalak
Paminawa kining mga hilak sa akong mga gitagik na mga balak
gugmang tinuod, 'di gayod kini bakak.

Isa ko ka estudyanteng bugoy, pero ayg kabalaka, apil nakas akong mga pangandoy.
Dira sa simbahan, sa fuente, sa mango, ug bisag asa maabot, nganli ko'g lugar, atoa nang isuroy.

O Titser! My Titser!
Pinalangga kong gwapang maestra,
nganong 'di man jud tika ma akoa?
andam ko pang abton mga bituon,
mamupo'g tambis sa kabuntagon,
unsa pamay laing dapat nakong buhaton?
aron ang tam-is **** paghigugma ako dayung maangkon.
I wrote this one para sa akong crush sauna hHAHAHHAA
Balak - A Bisaya Poem.
tangshunzi Aug 2014
assistenti

cane in un propel matrimonio detto matrimoni in cima alla lista commovente .I cani in realtà solo rendono tutto più felici .non è vero ?Quindi ero già innamorato di questo matrimonio .grazie al cane dolce .quando ** letto le parole della sposa e si innamorò con la loro storia .Sprout .la signora dietro i bei fiori .era secondo insegnante elementare dello sposo .Everest Strada Fotografia stato un consigliere campo con la sorella della sposa .L'intera giornata è stata un ricordo in divenire .uno Sono sicuro che la coppia e tutti i loro ospiti potranno guardare indietro per sempre con affetto



.
Condividi questa splendida galleria ColorsSeasonsSummerSettingsHistoric HomeStylesCasual Eleganza

Dalla bella sposa .Mi sono innamorato di Fredericksburg attraverso la mia damigella d'onore Cori Dickie frequentando il 4 luglio parata durante il college ed è diventato una tradizione annuale .La sua mamma ci compra sempre corrispondenti camicie bandiera americana al Walmart .Cori e sono diventato amici incollaggio su DQ Blizzard e aveva mensili "Date DQ ".Una volta Riley e ** iniziato datazione è venuto con me per i festeggiamenti .Non abbiamo mai pensato di sposarsi qualsiasi altra parte .Il Ruff Haus è stato il primo luogo che ** visto e mi era innamorato .Non ** mai sognato che avrei sposarsi al di fuori .ma era perfetto per Fredericksburg e noi.Volevamo qualcosa di casuale e invitante - come una grande festa nella nostra casa .Insieme essendo un matrimonio abbiamo voluto che fosse una festa dove tutti erano lì per divertirsi .I bastoni di incandescenza erano uno dei miei tanti preferiti sulla pista da ballo e per l'uscita .Sono venuti su .perché il luogo praticamente non ha consentito buttare nulla o qualsiasi tipo di fuoco - e quindi abbiamo fatto la nostra propria luce .

Riley e io laureato presso la stessa scuola .a tre anni di distanza .I nostri genitori vivono a pochi isolati l'uno dall'altro e non si conoscevano .E 'stato così divertente vedere le nostre famiglie si riuniscono e il divertimento nostri genitori hanno insieme e matrimoni cristiani che hanno modellato per noi.Mamma abiti da sposa corti di Riley .direi il più timido del gruppo.ha avuto l' idea di eseguire un ballo a sorpresa al matrimonio .Hanno preso 8 settimane di lezioni di danza coreografia di " Shake Your ***** ".Purtroppo .la band non ha avuto la canzone giusta in modo che non erano molto soddisfatti delle loro prestazioni .** detto loro che non ti preoccupare faremo lo si esegue ad ogni festa importante da qui in abiti da sposa corti avanti .

Riley vende articoli promozionali per le aziende così ci è venuta l'idea di fare un logo per il matrimonio e metterlo su tovaglioli .tazze .koozies .borse di benvenuto e biscotti .** creato il look che volevo e font e uno dei dolci amici di mia mamma aiutami invertire le lettere e convertire il formato .Siamo quasi ripulito tutti gli obiettivi a Dallas cercando vasi di muratore .Volevamo successivamente a causa del calore e così volevamo tanto illuminazione possibile.La mamma di Riley è incredibile con fiori e lei ha fatto alcune delle disposizioni sui tavoli .

Quando abbiamo deciso di fare un matrimonio fuori sapevo che abbiamo dovuto avere il nostro cane .il giudice .in esso .Abbiamo preso il fine settimana che Riley ha proposto a casa di William Faulkner a Oxford .MS .Mio fratello treni laboratori di nero e ci ha dato il giudice e il suo cane Tex è come parte della famiglia .Averli nel matrimonio è stato uno dei migliori e più stressanti cose .Il giudice ha trascorso l'intera cerimonia cercando di ottenere la mia damigella d'onore Abbie per lanciare il suo bouquet per lui recuperare .Mio fratello ci ha dato anche in modalità pianificazione di nozze ed ha trovato e ha condannato i collari per cani corrispondenza di un amico .Uno dei nostri ospiti libri era acquerelli e abiti da sposa 2014 storie di Oxford e l'altra photography era da Texas Hill Country .

maggior parte dei dettagli è accaduto lungo la strada.Non ** mai pensato che avrei arancione come colore e non avrebbe potuto essere più soddisfatti .I fiori sono stati fatti localmente da Sprout .di proprietà di Michelle Hodges - che abbiamo poi messo insieme quando i genitori di Riley si sono incontrati con lei che era la sua seconda maestra elementare a Dallas .Inoltre .ero così entusiasta di scoprire il mio bonus - sorella era un consigliere campo con il nostro fotografo.I piccoli collegamenti come quello reso molto speciale .

Per i fiori non avevo mai sentito parlare di Dahlia .Questa primavera Southern Living ha fatto un articolo su di loro e sapevo che sarebbe la misura perfetta per il nostro matrimonio .Programmi

- sapevamo che sarebbe stato caldo e quindi pensano i fan sarebbe una grande idea .Erano - tranne per il fatto che li assemblaggio è un po ' più difficile di quanto avevamo previsto .Abbiamo avuto una festa incollare una notte e mastice usate che non attacca a tutto .E 'stato un processo di apprendimento .

mio DIY preferito .se si può chiamare così .è i registri le torte erano su .Riley e io stavamo camminando giudice una notte e qualcuno aveva tagliato un albero nel loro cortile e registri non erano stati raccolti ancora .Siamo tornati a casa e abbiamo preso il suo camion e li raccolse .Non sapevamo che pesavano una tonnellata e ha ottenuto il suo sedile posteriore super- sporco .Lavender

- mia mamma amicizia il proprietario di Urbano di erbe e abbiamo avuto solo per avere lavanda cose profumate ovunque .Il mio patrigno si avvicinò con l'idea di ghiacciato giù di lavanda asciugamani profumati .Egli può essere più orgogliosi di questa idea di ottenere la sua certificazione online per essere un ministro

Fotografia : Everest Strada Fotografia | Coordinatore: . Jasper Eisenberg | Fiori : Sprout | Abito da sposa: Bridal Boutique di Lulu | Torte : La dolciastro Chef | damigella d'onoreAbiti : Donna Morgan | Catering : Delicious Dettagli | Abbigliamento Groomsmen \ 's : Jos A. Banks | lavanda Prodotti : Urbano HerbalSprout è un membro del nostro Little Black Book .Scopri come i membri sono scelti visitando la nostra pagina delle FAQ .Sprout VIEW
http://www.belloabito.com/goods.php?id=500
http://www.belloabito.com/abiti-da-sposa-corti-c-49
http://www.belloabito.com/abiti-da-sposa-2014-c-13
Fredricksberg Wedding da Everest strada Fotografia_vestiti da sposa
Saffo, antica maestra e disperata
portatrice d'amore,
Saffo di viole incoronata e altera
rendimi sciolta e in volo poi che accolga
la tua grande parentesi nel cuore.
Le mie notti deserte io le conosco
già dai tuoi grandi, morbidi giacigli
ove amore avventava alle tue labbra
mirra e miele. Anche io non sono sazia
come tu fosti ma mi aggiro eterna
dentro anime aperte ad ogni lutto.
Anche io ** l'amor mio che mi disdegna,
Saffo mia grande e inutile maestra
perché mi lasci e impoverisci il seno
delle tue offerte? Giacerò infeconda
anche stanotte e intorno a me i costanti
fedelissimi aspetti
di cupido apriranno dentro l'ali
rapidissimi inviti cui rifuggo
rimpiangendo e scoperta e innamorata.
Saffo rendimi pura e innominata
Come le parole, ove non cada
lacrima e tempo, ove non misuri
religione i suoi passi, ch'io non crolli
come crollasti tu dalle tue rupi...

— The End —