«Esta noche, nuevamente, no pude dormir. Tu nombre regresó como un murmullo que no entiende de descanso. Intento escribir para apaciguarlo pero las sílabas no se dejan encerrar. ¡¡Vuelan!! Como los recuerdos que no me pertenecen del todo pero que aun así me desgarran con una ternura aterradora. ¿Sabías que tu ausencia tiene forma? Es una silla vacía en lo más profundo de mi memoria una sombra sentada frente a mí que no pronuncia nada, pero que pesa tanto. No sé qué parte de ti extraño más: si tu voz, o el silencio que dejaste...»