«Después de mañana... Quizás no exista un día más para un "Nosotros" Quizás la melancolía termine por hundirnos en el mar de nuestras propias dudas. Y no, ¡¡no te culpo!! Tan solo éramos dos aprendices, dos jóvenes con lenguajes distintos del amor, un par de brújulas desajustadas, con manos temblorosas intentando sostener lo desconocido… ¿Fue inexperiencia? ¿Fue destino? No lo sé. Por eso, no guardes con culpas que no te pertenecen. Lo nuestro fue un intento, un sentimiento tan puro, inocente como las blancas gardenias, un relámpago en medio de la tormenta. Y, aun así, agradezco haberte encontrado en medio de todo el caos. Confieso: fui yo quien primero se apartó, y ese gesto aún me atormenta cada madrugada, cuando el recuerdo, se convierte pesadilla… Pero el tiempo no retrocede, y lo único que queda es seguir… Así que escucha mi última súplica: Sé feliz, por favor. Aunque ya no sea a mi lado. Porque después de mañana, quizás ya no quede nada…»