Mientras el tiempo implacable, lo único que hace es pasar, sientes cómo todo gira sin parar.
Los días se suceden, unos tras otro, y en su flujo parece que no hay cambio, solo continuidad.
¿Hasta aquí hemos llegado? ¿ A esta perspectiva existencial?
Unos vienen, otros se van, ¿y qué? ¿ Que la rueda siga girando sin parar?
¿Y ahora qué?
¡Qué otra cosa sino vivir el día a día, avanzando en profundidad!
Que sea la luz guía, que inspire e ilumine el camino al andar.
Hacia un rumbo diferente, desde el silencio, la profundidad... y el tiempo necesario para la soledad.
En un sendero sin retorno, ni otra posibilidad para evolucionar. ¿feliz año tal, lleno de nuevos deseos o atrapados en lo mismo, y que el tiempo vaya pasando sin más?
Y vuelta al ciclo, que arrastra los días, ¿una y otra vez sin cesar?
¡O mejor!
¿Dejar atrás el ciclo, que arrastra la monotonía, hacia otro camino diferente y exclusivo para continuar?
La búsqueda constante, más allá de la repetición, el sendero de la profundidad...
el camino más auténtico para avanzar.
¿O que la rueda siga girando en lo mismo sin parar?