Palabras que vienen y buscan descanso no encuentran morada: está deshabitada.
No fuerces la puerta, está desgastada de esperas al tiempo, palabras sin eco.
No vienes contento, caminas despacio, descalzo.
No fuerces la entrada: la morada está deshabitada.
No cantes canciones, no serán escuchadas. No arrastres melodías, caen en cascadas.
Llegaste muy tarde, o llegaste demasiadas veces. Ya no suenan hermosas las notas musicales; ahora solo bailan distorsionadas, no se encuentran, no se alinean. Ya no existe armonía.
No fuerces la entrada: ya no hay nadie en la morada.