"No creo que pueda estar contigo jamás", le dijo el azúcar al hielo. "...Creo que me derretirás más que el calor, tu tacto probablemente sería peor que el del fuego, me desfigurarás más que nada en este mundo", continuó.
"Yo tampoco podría imaginar estar contigo", respondió el hielo al azúcar. "...Creo que el verano contigo sería un infierno en la tierra, tu beso traería aire ártico eterno a un mar tropical, me evaporarás más rápido que la velocidad de la luz", gritó.
"...pero pienso en ti. Pienso en ti derritiéndome. Pienso en tu tacto en mi piel. Pienso en ti derritiéndome y desfigurándome, más que nada en este mundo", escribió el azúcar en silencio.
"...pero te imagino. Imagino el verano contigo día a día. Imagino tus besos, empiezo a rezar para ser en cambio agua de mar. Imagino evaporarme por tu culpa y en realidad te lo permitiría, más rápido que la velocidad de la luz", suspira el hielo en secreto.