Búscate en mí aunque no halla esperanza en nuestras miradas ocultas. Cuando el cielo esté oscuro por las nubes que lo tapan, o no veas las estrellas titilantes que embellecen el pabellón celeste.
Búscate en mí en cada recuerdo que guardas en ese rincón de tu mente, que no me olvida, ni puede, pues en las cenizas del pasado una llama sigue viva. La veo arder en tus ojos.
Cuando no halles consuelo ajeno. Si el frío te quema porque no sientas calor en los brazos de otro hombre. Si la nostalgia te consume como el agua que absorbe la tierra, búscate en mí.
Cuando no sientas la pasión que hecha sobredosis pude brindarte, búscate en mí. Pues siempre habrá un pedazo de mi alma que te recuerde, cristalina como el agua fresca de los ríos, y aún te quiera conmigo.
Seré la luz que acaricie tu cuerpo, la lluvia que bese tu rostro, el aire que mueva tu pelo. Y cuando no sientas la luz, la lluvia o el aire, búscate en mí para que estemos juntos.