La gente dice que todos tenemos uno al lado izquierdo, pero hace tiempo que no siento. No siento un molesto alarido, una mueca de felicidad, un mínimo de armonía, ese escalofrío que fluye por el cuerpo y alma como un yacimiento de agua descendiendo por lo alto de una montaña, cuando verdaderamente se ama.
No busco en la izquierda, porque sé que no está. Que lo perdí de vista, que huyó sin remordimiento, que fue un cobarde. Que, si fueran otros tiempos, sería carente de honor a más no poder.
Intento encontrar algo que me haga sentir; busco dentro y fuera de mí. Sentir que es posible vivir sin eso a la izquierda. Y reviso todo con esperanza, porque, si vivir sin corazón es como morir sin haber existido… cómo estoy viviendo?