Quizá es que hice un trato con esta vida para encontrar a la mujer de mis sueños, la única que me despierta emociones reales y parece tan irreal por su tono de perfección, con el que se pintó en mi corazón.
Lo lamentable es que lo mejor tiene un precio. Encontré a quien llegó a salvarme de la tristeza, aquella mujer que es la única rosa en mi jardín. Y como me hace sentir tan enamorado, me hace sentir tan especial cuando me sentía lo más insuficiente en este universo… aunque mi nuevo universo tiene nombre, y me quiere.
Me ama tanto que la vida tuvo que ponerle un límite. Tanto que pudo ser si me viera con los mismos ojos de amor con los que yo le lloro cada noche, ansiando el día en el que me elija como su amor y no solo como su gran persona.
Debí preguntar sobre los términos del contrato… aunque, aún así, habría aceptado. Solo por ella.