Volver a vernos, tendidos bajo el cielo lleno de estrellas. La noche oscura, sabia, cuenta cuentos y poesías, donde el tiempo se escurre en dilemas y el alma viaja sin esquemas.
Te espero, entre la línea que dibujan el cielo y el mar, sereno. Es ahí, en la profundidad de las aguas que se llevan mis temores y ansiedades marea adentro. Donde resuena el blues cada vez que rompen las olas, y un bolero cada vez que la marea vuelve a subir. ¿Será el río quien nos recuerda el camino?
Gustavo dice que el amor es amarillo, pero para mí es un jazz, un soul. Un azul oscuro, fiel compañero, o celeste como la bandera, que colorea nuestra calma y desdibuja el temor.
Pero fue al mirar tus ojos, inundados de color, que entendí que el cielo, la noche y el mar eran solo ensayos para preparar mi alma al abismo sereno de tu mirada.