Hay quienes creen que el amor se expresa con palabras. Tan ingenuos, piensan que un “te amo” mentiroso y superficial bastaría para enamorar a una mujer que ya conoció el vínculo más puro. Ella sabe que lo eterno no viste de flores ni de promesas, sino de heridas y verdad. Que no se grita, se sacrifica. Y que el mayor acto de amor que recibió fue de un hombre perfecto, sin pecado, que fue torturado y crucificado para que todos nosotros fuésemos salvos. ¿Cómo podrían amarla aquellos que no conocen al que dio su vida por amor?